El BM Logroño disputa este sábado (a las cinco de la tarde) ante el Rebi Cuenca un partido que tiene más peso en su futuro del que puede parecer porque puede marcar el estado de ánimo para su futuro, después de una mala racha de resultados.
El equipo riojano ha perdido cuatro de los últimos cinco partidos de Liga y, aunque es cierto que uno de ellos fue ante el Barcelona, también es evidente que esa mala racha ha dejado a los riojanos muy por detrás de lo que se espera de ellos.
Pero más grave aún es el cómo han llegado algunos de los malos resultados, con una gran muestra de inmadurez y de incapacidad para jugar 60 minutos a buen nivel, lo mismo que, por cierto, le pasó al equipo de Logroño el martes en la competición europea, en la que cedió un empate en casa.
Con esas circunstancias llega un partido que temporada tras temporada está marcado por la rivalidad entre dos equipos que aspiran a la zona alta de la Liga Asobal prácticamente desde que juegan en la máxima categoría.
Para añadir rivalidad, los dos pasan por un momento similar, con resultados discretos en España y Europa y una situación que no se corresponde, en teoría, con la calidad de sus plantillas.
En el caso de los riojanos, además, se une la circunstancia de sus problemas por las bajas, especialmente ne el puesto de pivote, que tratarán de nuevo de compensar con otros jugadores, aunque es indudable que eso le resta potencial en ataque.
