San Mateo

Sólo un poco de Emilio de Justo en tarde de resaca

FOTO: Eduardo del Campo.

Las resacas de toreo vienen a ser insoportables. Perniciosas si además se intentan superar en el mismo sitio donde uno llenó su alma de toreo un día antes. Dan ganas de dar gracias a Dios por emborracharnos tan pocas tardes de toreo. Hoy todo recordaba a ayer. Todo nos llevaba a Urdiales y a sus inmensas formas de entender y hacer el toreo. Y hoy todos volvimos a ver lo de Urdiales de ayer, pero como más borroso. Con la nebulosa propia de la resaca.

El caso es que mejoró la presentación de los toros que saltaron al ruedo de La Ribera esta tarde. A excepción del primero, un toro viejo en edad y joven de apariencia, que se salvaba por su cara y sólo si se miraba de frente. Debió de ser el parche que vino a mitigar los estragos que unas peleas en el campo habían maltrecho el encierro que ‘La Palmosilla’ tenía reseñado para Logroño. Debutó hoy en el palco Genoveva Armero, siendo la primera mujer en presidir una tarde de toros en Logroño. Su primera decisión fue devolver el estrecho toro de La Palmosilla a los corrales. Perdón, la segunda, porque antes había cambiado el tercio con una sola entrada al caballo. ¡Vaya debut! No tardó en asomar el trapo verde por el alfeizar del palco. ¡Menos mal! ¡Estamos como para renunciar a lo de los dos puyazos!

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Un toro de Fuente Ymbro fue entonces corrido como sobrero. Que vino a protagonizar una notable pelea en el caballo. La mejor de la feria de largo. Se agarró bien Juan Bernal, aunque finalmente fue derribado. Repetía con cierta brutez el toro de Fuente Ymbro y no trascendió la obra de Emilio de Justo hasta que optó por instrumentar muletazos de uno en uno. Le costó entender a de Justo, tan preocupado por mantener aquella verticalidad sin naturalidad, que eran infinitamente mejores los primeros embroques que los siguientes. Con el viaje del toro venido tan a menos, aquellas manoletinas resultaron un tanto temerarias. Los pases de pecho, eso sí, fueron monumentales. La estocada, por ejecución y colocación, fue lo mejor de su actuación.

FOTO: Eduardo del Campo.

Espectacular fue la aparición en escena del cuarto. No llegó a saltar al callejón, pero sí a romper unas cuantas tablas de la barrera. Tuvo interés también ahora la pelea del toro de ‘La Palmosilla’ en el caballo, donde se empleó, sobre todo, en un primer castigo. Pareció como si se hubiera vaciado en el peto y llegó a la muleta sin apenas transmisión. Una serie por el pitón izquierdo, templada y de buen trazo, fue lo único que diferenció ésta de la primera faena. Otra ve de uno en uno y otra vez aquellos pases de pecho de pitón a rabo barriendo el lomo. También otra gran estocada de efecto fulminante ahora. Otro trofeo.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

A varios toros de ‘La Palmosilla’ les faltó entrega. El lote de Ginés Marín, sin ir más lejos, embistió sobre las manos. Y como todo toro que empieza embistiendo sobre las manos, se quedó sin prácticamente recorrido. Un desarme deslució el primer trasteo, ya de por sí un tanto monótono. Intentó justificar su presencia, que vino a conformar el doblete de sustituciones este San Mateo, hoy por Daniel Luque, con un trasteo esforzado y también enganchado. Escaso contenido el de esta obra mal rematada con el descabello.

FOTO: Eduardo del Campo.

Encastado resultó el que hizo tercero. Un tanto gazapón, sin terminarse de alejar de los vuelos de la muleta de Valadez y queriendo repetir. Nada fácil era poner orden y gobierno en aquella complicada manera de embestir. No terminó Valadez de mandar en aquellas embestidas, pero siempre se prestó a la batalla y nunca volvió la cara en aquella especie de refriega. Más mortecina era la embestida por el pitón izquierdo y también pareció meno el mérito de Valadez por ese lado.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Lanceó a la verónica Valadez con gusto, compás, ritmo y gusto a su segundo y quitó por lopecinas sin alcanzar ahora el nivel del saludo. Inició su faena de rodillas a un toro con pies, tranco y movilidad. Supo dar sitio Valadez y también jugar y aprovechar las inercias de los viajes de su enemigo. Faltó orden y en una serie al natural pareció salir ganando el toro de ‘La Palmosilla’, desbordando a Valadez que casi siempre salió atropellado. Unas manoletinas de rodillas, allá donde ayer Urdiales hizo el toreo, dejaron a las claras las ganas de agradar de Valadez. Pero falló con la espada. ¡Qué malas son las resacas en esto de los toros!

La ficha

Plaza de toros de La Ribera. 4ª de abono. Media plaza.

Toros de ‘La Palmosilla’ y uno, el primero bis, de Fuente Ymbro, encastado. Correctos de presentación y de poco juego en líneas generales. Los mejores fueron los lidiados en cuarto y sexto lugar. Más complicado el tercero.

  • Emilio de Justo: oreja y oreja.
  • Ginés Marín: silencio tras aviso y silencio.
  • Leo Valadez: silencio en ambos.
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