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Reparto en bici como filosofía de vida y de negocio

José Sáenz lleva nueve años al frente de su negocio, Planeta Limpio. Después de dedicarse al mundo del vino, tomó la decisión de emprender. “Generar residuos todas las semanas me parece absurdo”, confiesa Sáenz. Con esta idea, buscó algo que tuviera que ver con la venta a granel “tanto de alimentación como de productos de limpieza”. Finalmente, debido a la imposibilidad de juntar ambas cosas, se decantó por vender “productos de limpieza de todo tipo”. Al entrar en su tienda, ubicada en la calle Huesca, también se pueden encontrar productos de higiene personal y de cosmética.

A lo largo de los años, José asegura estar “muy contento” con la gente que ha aparecido ante las puertas de su negocio: “Todo el mundo tiene cosas que hacer y, en cambio, organiza su tiempo para poder acercarse hasta aquí”. Además, “esto significa que hay una masa crítica, por muy pequeña que sea, de gente concienciada con el medio ambiente”.

Si algo diferencia a su negocio del resto es que los botes de plástico se reutilizan, no se reciclan. De esta manera, José destaca conocer a clientes que, desde el momento de apertura, han venido con el mismo bote. En el último año, al hacer las cuentas, “80.000 envases no se han fabricado ni intentado reciclar, algo que supone un gasto de energía, agua y emisión de CO2 a la atmósfera”.

Pero, más allá de optar por el tradicional método presencial a la hora de conseguir este tipo de productos, José también hace reparto a domicilio. De forma gratuita, “quedo previamente con el cliente a una hora”. Siempre que la tienda esté cerrada, fuera de las horas de trabajo, “el horario de reparto es antes de las 9:30 horas, desde las 14:00 hasta las 16:00 horas y a partir de las 20:00 horas”.

José, que puede hacer entre cuatro y cinco repartos a la semana, cuenta que prioriza el llevarlos a cabo en bicicleta. Una idea saludable, que no pensó demasiado y que, además, le permitía ser consecuente con la filosofía de su modelo de negocio. Así, a la bici que utilizó en su día para hacer mountain bike, le ha dado una segunda oportunidad añadiéndole un carro para poder portar los productos.

Sin duda, es una técnica que apenas requiere de mantenimiento y a la que Sáenz recurre siempre y cuando tenga que hacer un reparto en la capital riojana o en Lardero. “Si tengo que ir a un pueblo más lejano no me queda otra que utilizar el coche”, señala.

Una de las ventajas de este tipo de reparto “es que hay cero ruido y cero contaminación”. A diferencia de los coches o furgonetas, que se mueven por limitación horaria, “la bici te permite entrar en una zona peatonal en cualquier momento”. Y Logroño, “al ser una ciudad pequeña y plana”, es perfecta para ello.

Para José es importante seguir avanzando con los carriles bici: “Estamos en un momento muy positivo donde la ciudad, al tener zonas más amplias para transitar, se puede recorrer de punta a punta”. Tampoco menciona tener problemas con el tiempo: “Siempre que puedo intento utilizar la bici, a no ser de que caiga un granizo. El calor para mí no es un problema”.

Planeta Limpio es un negocio “cuidadoso con el medio ambiente y con nuestra piel”. Para Sáenz, todos sus productos “son incomparables y no mucho más caros que uno que te puedas comprar en el supermercado”. Quien quiera adquirirlos, José tara el bote del cliente, para descontar el peso, y luego lo rellena. Al momento, “pongo una etiqueta que indica todos los datos obligatorios que tiene que tener un producto de venta pública: el producto, la composición, lo que pesa el bote vacío, el precio por kilo, la cantidad que hemos puesto, el precio final, la fecha de hoy…”

Además, frente a la comodidad que aporta tener un supermercado debajo de casa y la pereza por parte de algunos de desplazarse hasta la tienda, Sáenz da la opción de vender la caja entera, 15 kilos, con un diez por ciento de descuento. A su vez, concluye: “Cuando abrí la tienda no buscaba hacerme rico, pero sabía que a poca gente que viniese iba a funcionar. A día de hoy, me quito el sombrero”.

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