No lleva mochila, ni falta que le hace. Dora ha sido estos días una de las protagonistas del festival Holika. No le ha hecho falta cantar, ni saltar ni llevar un espectáculo de fuegos artificiales y serpentinas. Con su simple olfato y su cara simpática se ha ganado el respeto de los ‘holikers’.
Dora no es desconocida para los riojanos. La perra de la Guardia Civil ha intervenido en decenas de operaciones contra la droga. Estos días está en el festival para con su olfato atisbar si alguien intenta introducir algún tipo de droga dentro del recinto.
La sacan del coche, la acercan a los chavales y si no hay nada, ella, discreta, se da media vuelta y a otra cosa. Si se sienta delante del sospechoso, mal asunto. Para ella todo es un juego de detección de olores. Ella simplemente asocia un olor a una recompensa.
Su eficacia y eficiencia es excelente. En apenas unos segundos ella comprueba si la persona lleva o no drogas facilitando y reduciendo los tiempos de trabajo a los agentes. “Es una máquina -comenta uno de los agentes-, lo que a nosotros nos cuesta unos minutos entre cacheos e identificación ella lo hace en unos segundos”.
Además su carácter jovial hace que todos los chavales que pasan por allí quiera tocarla y saludarla. “Son perros muy especiales a los que les gusta su trabajo porque lo entienden como un juego”.
