El Rioja

La Alcoholera de Cenicero mitiga su huella de carbono con la reforestación

Foto: Asociación Forestal de Galicia.

La actividad que lleva a cabo la Alcoholera de Cenicero es en sí misma de reciclado, reutilización y valorización. Todos los residuos que se recogen de las bodegas después de la vinificación tienen una segunda vida tras un proceso de transformación en la planta de la localidad riojana, con un objetivo alcanzado de residuo cero.

Un ejemplo, por tanto, de economía circular y un agente necesario para el desarrollo de la sostenibilidad en el sector vinícola y bajo un estricto control medioambiental. Todo gracias a que las bodegas contribuyen a este proceso circular y sostenible al confiar la recogida de sus residuos a la destiladora riojana.

“Durante la vendimia, conscientes de lo que supone para las bodegas el reciclado de sus residuos y desde nuestra situación estratégica, pretendemos dar el mejor y más rápido servicio poniendo contenedores y haciéndonos cargo de la retirada y transporte desde la bodega hasta nuestras instalaciones. Además, no sólo asumimos ese servicio desde el punto de vista logístico y económico, sino que nos atribuimos las emisiones de los gases de efecto invernadero consecuencia del consumo de gasóleo de los vehículos utilizados”, explica Rosa Durban, gerente de la Alcoholera.

Para mitigar la huella de carbono asumida y alcanzar el resultado neto de emisiones cero de gases efecto invernadero en el proceso del transporte, la Alcoholera participa en un proyecto de absorción de CO2 inscrito en el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Consiste en la retirada de cuatro toneladas de absorciones de CO2 en un proyecto de reforestación en Galicia, concretamente en Outeiro do Catadoiro, en Caldas de Reis (Pontevedra).

“Es grato poder colaborar en este proyecto de restauración del Monte Vecinal de Paradela de Bemil, en el término municipal de Caldas de Reis, donde en el año 2017 ardieron 229 hectáreas (la totalidad del monte) y que se está restaurando en diferentes fases para que se instalen masas de coníferas (pino), frondosas autóctonas (principalmente roble) y eucalipto”, destacan. Todo planificado según lo establecido en un plan de gestión que se certifica según los más altos estándares de calidad en cuanto a gestión forestal sostenible (certificados PEFC y FSC).

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