Sergio Jiménez Foronda.- La XXIX Peregrinación Diocesana con Enfermos a Lourdes desde La Rioja recupera este año la normalidad tras la pandemia con 350 participantes, cifra superior a la de 2019, quienes ya no tendrán que hacerse test antes del viaje ni llevar mascarillas durante el mismo de forma obligatoria.
Así lo ha afirmado a EFE el presidente de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de La Rioja, Federico Díez del Corral, momentos antes de embarcarse en uno de los autobuses que han partido de Logroño hacia Lourdes a primera hora de este sábado.
Díez del Corral ha explicado que el aumento de participantes en esta peregrinación, que concluye el próximo día 27, ha llevado a que “los preparativos han sido más complejos que otros años” para que las personas enfermas que participan puedan vivir esta experiencia.
EFE/Raquel Manzanares
Como es habitual en esta iniciativa, los autobuses que han salido de la estación de la capital riojana no han sido los únicos, sino que los alrededor de 350 participantes se han subido a un total de siete autobuses que también han partido de Arnedo, Calahorra, Nájera y Haro, y algunos pasarán por Pamplona para recoger a más viajeros, ha apuntado.
Esta peregrinación cuenta con la participación del obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya, quien no ha partido en los autobuses, sino que acude a Lourdes desde Madrid, donde tiene un compromiso previo.
Díez del Corral ha precisado que el equipo sanitario que acompaña a la peregrinación es “mejor que otros años”, al contar con tres médicos y cinco enfermeras, quienes estarán vigilantes a los cuidados que requieran los viajantes, algunos de ellos conectados a suero y a oxígeno.
“Vamos con precaución, con todo el equipo médico, el desfibrilador y, a parte, un montón de test por, si hay una anomalía, poder responder con seguridad”, a lo que se suma que “llevamos mascarillas por si acaso hiciesen falta y notamos cualquier brote o lo que sea, que estemos preparados”, ha subrayado.
La curación del alma
Ha resaltado como objetivo de esta peregrinación a Lourdes acompañar a personas enfermas que “no tienen otra forma de hacer este viaje” y facilitárselo con medios como personal sanitario y sillas de ruedas.
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“Son gente que, a lo mejor, tiene esclerosis múltiple y es difícil que pueda ir a muchos sitios porque, a veces, aún estando en esta situación, no tienen quien le ayude”, ha destacado, y “nosotros nos ofrecemos, vamos a visitarles y, luego, vemos las posibilidades de que hagan este viaje, que es la única opción que tienen de salir en el año”.
Las personas que acuden a esta peregrinación lo hacen, “muchas veces, sin esperar un milagro, que también los hay, personas que piensan que no tienen solución en esta vida y van a ver si se curan”, pero “esa curación es más bien del alma, que es lo que más vale, y vienen muy confortados”.
“Nosotros estamos a su servicio al cien por cien, de hecho, todo el mundo se vuelca estos cuatro días en ayudar a los enfermos, que son los protagonistas de nuestra peregrinación”, ha apuntado.
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Díez del Corral ha señalado que desde la Hospitalidad llevan “años intentando hacer ese relevo generacional” en los participantes en esta peregrinación y “hay momentos en los que cuesta menos y momentos en los que cuesta más, pero queremos involucrar a los colegios para que puedan conocer el voluntariado desde pequeños”.
Ha puesto como ejemplo de que “no tenemos tanta gente joven” que, mientras que en la peregrinación de 2022 hubo unos 30 jóvenes menores de edad, este año solo acuden 6, que son “muy poquitos”.
“La verdad es que los jóvenes son los que más animan a los enfermos, les cantan, van a las habitaciones a despedirse por la noche y lo pasan muy bien, aunque acaban todos agotados”, ha asegurado.
