Permítanme que, en primer lugar, comience mi intervención dándoles la bienvenida, especialmente a los nuevos diputados, al Parlamento de La Rioja, institución que, como dispone nuestro Estatuto de Autonomía, representa al pueblo de La Rioja y, por tanto, a todos los riojanos y a todos los municipios que conforman nuestra Comunidad. Bienvenidos a la casa de la palabra, a la casa de todos los riojanos.

En segundo lugar, me gustaría agradecer la confianza a quienes han confiado en mi para desempeñar el cargo de Presidenta del Parlamento y trasladar mi respeto a los diputados que no lo han hecho. Desde este momento, señorías, todos me tienen a su disposición para trabajar juntos en beneficio de La Rioja y de los riojanos. Un agradecimiento que hago extensivo a quienes me han precedido en el cargo, por su labor y su ejemplo, así como a mi familia por su apoyo permanente.

Ocupar la Presidencia de esta Cámara en esta undécima legislatura que hoy comienza es un honor y una responsabilidad que asumo plenamente consciente del compromiso de servicio público que implica. Un compromiso que me propongo ejercer desde la cercanía y el diálogo, con honestidad y transparencia, porque entiendo que es la mejor manera de devolver esta confianza hoy brindada.

Este Parlamento nace de la voluntad de los riojanos depositada en las urnas el pasado mes de mayo. Recibimos de los ciudadanos el encargo de contribuir, desde este foro, a que La Rioja avance, progrese con más bienestar y más oportunidades para todos. En este sentido, los riojanos nos emplazan a dialogar de manera constructiva para alcanzar puntos de encuentro que tengan como resultado unas herramientas legislativas que ofrezcan soluciones eficaces a sus problemas.

El Parlamento debe ser el centro de la vida política de esta Comunidad. Es responsabilidad de todos nosotros dignificarlo desde el contraste de ideas y programas, desde el diálogo y el debate, pero también a través del consenso y del acuerdo en unos retos de región que aguardan a La Rioja a la vuelta de la esquina y que demandarán de nosotros altura de miras y que ofrezcamos a La Rioja lo mejor de nosotros mismos.

Un reto al que emplazo a trabajar, desde hoy y durante los próximos cuatro años, a todas sus señorías, siguiendo de esta manera el ejemplo que nos han dejado tantos y tantos compañeros de escaño. Llegados a este punto, si me lo permiten, me gustaría recordar hoy la figura y el legado de Joaquín Espert, riojano ilustre y diputado autonómico durante varias legislaturas, que nos dejó hace pocos días.

Al margen de una producción legislativa con los altos estándares de calidad que se merecen los riojanos, creo que todos coincidimos en la necesidad de seguir trabajando para acercar el Parlamento y todo lo que ocurre en esta Cámara al día a día de los riojanos vivan donde vivan. Un aspecto prioritario en el que hay que seguir insistiendo y que requiere de un compromiso compartido por todos.

La sociedad riojana es plural, abierta, emprendedora y moderna. En sintonía con esa sociedad a la que representamos, confío en ser capaz de a aunar esfuerzos para contribuir a que esta Cámara sea una institución más abierta y más cercana, desde el diálogo y la interacción fluida con los riojanos a quienes tenemos el enorme privilegio de representar.

Quiero finalizar esta intervención apelando a la colaboración de todo el personal que trabaja en la Cámara, agradeciendo de antemano su buena disposición. Ellos hacen posible que esta Institución funcione y cumpla con las competencias que tiene encomendadas. Ya les avanzo que, como no puede ser de otro modo, tendré en cuenta sus aportaciones y espero recibir de ellos buenos consejos para que esta Cámara cumpla de manera eficaz su importante tarea en beneficio de esta Comunidad y de todos los riojanos.