Los planes de 941

Las imágenes de ‘Un fotógrafo inesperado’, expuestas en la sala Amós Salvador

Nadie, ni siquiera él mismo, esperaba ya al fotógrafo Jorge Palomo Durán (Madrid, 1885-Logroño, 1942). Los archivos históricos guardan recuerdo de los numerosos e importantes proyectos en los que intervino como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Las hemerotecas custodian a su vez reseñas de las actuaciones del que fuera director teatral e incluso cantante aficionado. Entidades tan diversas como el Aero Club Popular, el Ateneo Riojano, la Sociedad de Conciertos de Logroño, el Ayuntamiento de Logroño, la Asociación Libre de Defensa de la Propiedad Urbana Española o el Rotary Club de dicha ciudad, por ejemplo, mantienen en sus memorias las aportaciones de este polifacético personaje. Pero nadie, hasta hace muy poco, esperaba al fotógrafo Jorge Palomo Durán. Y, créannos, merecía la pena.

La casualidad, como tantas veces ocurre, es crucial en esta historia. La azarosa aparición, con motivo de las obras que se estaban llevando a cabo en una vivienda, de dos cajas de madera con más de mil negativos estereoscópicos de cristal cada una, permitiría descubrir, hace apenas cuatro años, al inesperado y excepcional fotógrafo que habitaba dentro de este arrollador Ingeniero, artista de elevado sentido estético y toque magistral.

El hallazgo inicial se completó luego con la localización de otras tantas placas que permanecían en poder de la familia, lo que permitió la digitalización, catalogación y estudio de unos 4.500 negativos estereoscópicos de cristal de 45×107 mm. Es decir, una parte importante de los aproximadamente 6.500 que tomó entre 1912 y junio de 1942: instantáneas que nos invitan a la reconstrucción de su biografía, sus trabajos, sus viajes, sus aficiones y su precisa visión del mundo que le rodeaba…

Pese a su exquisita destreza técnica, a su dominio de la luz y a su talento para el encuadre, el inesperado fotógrafo Jorge Palomo, con sus imágenes, sólo buscó el deleite íntimo, sin pretender nunca —o, quizás, sin siquiera imaginar— su exhibición pública. Esa discreción, casi sorprendente en un perejil de todas las salsas sociales como era él, nos permite acercarnos casi por vez primera a una obra inédita, personal, sorprendente, original y reveladora de la inagotable curiosidad de unenvidiable humanista.

La exposición Jorge Palomo Durán, un fotógrafo inesperado, nos permite acceder a su vida familiar, centrada en su chalet Los Rosales, a las afueras de Logroño, donde compartía su existencia con su esposa Carmen Cadarso García de Jalón y sus siete hijas, donde revelaba también sus fotografías y cuidaba sus 200 variedades de rosales, origen y retorno de infatigables viajes. Palomo, perteneciente a la promoción de 1908, empleó la fotografía tanto como herramienta necesaria en sus proyectos como forma de fijar en el tiempo su contribución al progreso. Afán documentalista no ajeno a preservar la memoria visual de los mundos que desaparecían sin remisión a su alrededor, ni a los variopintos acontecimientos sociales de los que ejercía como necesario cronista.

Con su vida centrada en Logroño desde la segunda década del siglo XX, las fotografías de Jorge Palomo Durán nos permiten hacer un recorrido inédito por una Rioja que ya sólo existe en el recuerdo, pero que nos ofrece nuevas herramientas para observar el porvenir cargado de tintes inciertos.

– Inauguración de la muestra, este jueves 15 de junio a las 19:30 horas en la sala Amós Salvador

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