El Rioja

El círculo virtuoso de la industria auxiliar del vino

El vino es el motor de la economía riojana. Y de forma paralela, al abrigo de bodegas y bodegueros, de viñas y viticultores, se desarrolla una industria auxiliar que dota de servicios necesarios al sector del vino. Un total de 29 empresas conforman la Asociación Industria Auxiliar del Vino de Rioja para un volumen de negocio de 215 millones de euros, que da empleo a 1.170 personas.

Músculo suficiente para reunirse y poner en común realidades para establecer una fotografía de esta industria auxiliar que comparte problemas y soluciones. Y el camino parece perfectamente trazado. Es la principal conclusión que se extrae después de la reunión de este viernes en la que se han dado cita bodegas y empresas auxiliares para, a través de dos mesas redondas, analizar qué es eso de la economía circular, la huella de carbono, la gestión de los recursos y la certificación que por ejemplo es necesaria para vender vino en muchos de los países más importantes en los que tiene presencia Rioja.

Tras la bienvenida inicial, en la que han intervenido Sara Rodríguez, responsable de Sostenibilidad en Verallia y Juan Serrano, director de Ventas de mercado de vino y espirituosos en Verallia, en la que han expuesto su visión sobre la economía circular y sostenibilidad en el sector vitivinícola, dio comienzo la primera de las mesas redondas. Una oportunidad ideal para conocer iniciativas e innovaciones que está desarrollando la industria auxiliar del vino para fortalecer la cadena de valor del vino. En juego está que las bodegas sean más sostenibles, lo que ya se traslada al mercado porque una percepción verde y ecológico y sostenible por parte del consumidor mejora las ventas al menos en los mercados más importantes.

Se han presentado a las bodegas asistentes casos de éxito para transitar con éxito hacia la economía circular en el sector vitivinícola en una primera mesa en la que han participado el director técnico Oresteo de Intranox, Sergio Mamolar; Nagore Basabe, de Ramondín; la gerente de Tonelería Murúa, Elena Ceca; Pedro Berné, CEO de Embalajes Bercalsa y Rosa Durbán, directora de la Alcoholera de La Rioja. Soluciones concretas a problemas reales de las bodegas que siguen sin posibilidad de dar la vuelta hacia una producción más sostenible. La reflexión, tal y como ha indicado Juan Serrano, de Veralia, que “las bodegas son sostenibles y también rentables, porque estamos logrando entre todos que la economía circular sea una oportunidad para ganar clientes, porque el mercado responde bien a las bodegas que elaboran vino de manera sostenible”.

Soluciones sostenibles para problemas en el día a día de cualquier bodega. Como el sistema patentado OresteO, desarrollado por la firma Intranox. “Gestionamos el CO2 generado en la fermentación del vino”, ha explicado Sergio Mamolar, director técnica de esta firma auxiliar del vino. “Lo que conseguimos es reducir el consumo de energía en el proceso de remontado y una potencia punta de instalación muchísimo menor que con respecto a un sistema de bomba de remontando. Hay veces que cuando se automatizan las bombas de remontados no pueden estar más un número elevado de bombas en la instalación porque si no se dispara el consumo energético”. Con este sistema OresteO, el problema se elimina, “y hemos llegado a hacer plantas de depósitos eliminando este problema concreto”.

Respuestas rápidas a los problemas que les surgen a las bodegas en este tránsito imparable hacia la economía circular. Como el caso de Ramondín, que ha relatado Nagore Basabe: “Tuve una solicitud directa de un gran grupo mundial de bebidas, de nombre francés y con gran presencia aquí en La Rioja allá por 2016. Nos pidió una solución de cápsulas con material 100% reciclable para sus vinos de mayor rotación. Nos pusimos a ello y desarrollamos la primera y única cápsula multicapa, es decir, cápsula de complejo, 100% libre de plástico. Y la lanzamos en 2019”. Así Ramondín se adelantó a su época, “y menos mal que nos adelantamos, gracias a la solicitud concreta de una bodega, porque ahora en 2023 la legislación nos está empujando a la reducción y eliminación de plásticos”.

Y hasta los trabajos más tradicionales están andando este camino de la sostenibilidad y la economía circular, por responsabilidad social coorporativa y porque así lo están demandando un mercado tan competitivo como el del vino. En Tonelería Murua han instalado, por ejemplo, placas solares y han logrado reducir entre un 20 y un 30 por ciento el consumo de energía, que ha resultado ser además rentable teniendo en cuenta el coste actual de la energía. “Y hemos erradicado el consumo de gasoil en nuestras instalaciones con la instalación de una caldera de biomasa”, ha apuntado Elena Ceca, gerente de esta tonelería, que ha apostado claramente por la economía circular: “Recompramos las barricas viejas a las bodegas para darles otros usos. Para nosotros es muy importante contribuir en la economía circular porque estamos revalorizando un producto muy valioso, que viene de un árbol”.

Madera con la que se hacen palets, aunque en esta empresa auxiliar también están investigando para aportar su granito de arena en la economía circular sostenible y rentable para todo el ecosistema del vino de Rioja. “Lo que hacemos es que les compramos a las bodegas el residuo que tienen y en la fábrica lo reciclamos”. Pedro Berné es el CEO de Embalajes Bercalsa, que ha puesto un ejemplo: “Cuando las empresas quieren cambiar el parque de jaulones de madera a jaulones metálicos, lo que hacemos es comprar dichos jaulones para darles una segunda vida”.

La normativa medioambiental es la que marca el camino que están transitando el vino y su industria auxiliar de la mano. Lo ha explicado Rosa Durbán, director de la Alcoholera de La Rioja: “Todo el mundo sabe que las bodegas están obligadas por normativa a la eliminación de los residuos entregándolo a destilación. En nuestro caso, les facilitamos la retirada, nos hacemos cargo del transporte y lo hacemos atenuando todo lo posible la huella de carbono de ese transporte durante la vendimia”.

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