Gran parte de la denominación están en fase de floración, pero los pámpanos avanzan con heterogeneidad en cepas de una misma parcela. Sequía y calor y, de repente, frío y humedad, aunque aún escasa. El ciclo vegetativo de la vid ha pegado un ligero frenazo ante la bajada de temperaturas y la tierra ha cogido un tono más de color. Este contraste térmico ha provocado que en muchas zonas la floración se esté extendiendo en el tiempo mas de la cuenta, con los riesgos derivados que puede ocasionar en el cuajado y la producción, aunque los termómetros parece que ya vuelven a remontar.
“Vamos con unos 15 o 17 días de adelanto fenológico, según zonas, y la cosecha potencial va a ser menor porque hay lugares donde lleva sin llover de manera cuantiosa desde el otoño. El vigor que se ve en las cepas es notablemente menor al del año pasado, así como el número de racimos, apunta el ingeniero agrónomo José Antonio Pérez.
Y ante estecambio meteorológico, las temidas enfermedades han vuelto a aparecer en el tablero de juego. La primera mancha provincial de mildiu se ha localizado en el paraje Vallejondo de Cenicero, habiéndose detectado una única mancha en la parcela, y la segunda se ha dado en el paraje Cantera Buey de Aldeanueva de Ebro. Manchas puntuales, pero signos de preocupación que ya afloran en el campo. Se avecina algo de agua para los próximos días y el escenario puede empeorar en las hojas de parra, por lo que los viticultores se ponen alerta ante las posibles futuras contaminaciones por mildiu y la realización de tratamientos.
“Todavía no se han dado unas condiciones meteorológicas como para mandar una alerta a nivel de Rioja por mildiu, pero, estando en pleno estado fenológico de floración y atendiendo a los pronósticos de tormentas, yo sí recomendaría comenzar con la primera mano de tratamientos preventivos. Si caen más de 10 litros, se mantienen las condiciones de humedad relativa alta, el poco viento y unas temperaturas medias altas, es muy probable que haya infecciones por mildiu y esas sí son preocupantes porque los daños son más cuantiosos y el hongo, más difícil de luchar”, valora Pérez.
Mientras tanto, el oídio ya se ha hecho notar en la viña. La temida “ceniza”, como la conocen quienes la combaten cada año, es ya una enfermedad endémica en Rioja que esta temporada ha reaparecido antes que el año pasado. “El oídio busca lentos desarrollos de la planta, temperaturas frescas y humedades relativas altas, así como contrastes entre el día y la noche altos. Todo esto se ha dado durante la pasada semana, por lo que la presión del hongo es alta. Las dos próximas semanas son determinantes y críticas para la sanidad del viñedo por el estado en el que se encuentra”, incide.
Los viticultores son ya expertos en combatir esta enfermedad y ahora lo que toca es prevenir las infecciones para evitar que llegue a la planta. En este sentido, el técnico aplaude la herramienta habilitada por el Gobierno regional, que emite mapas de riesgo por infección de conidias y que funcionan como una muy buena herramienta”.
