Los planes de 941

La obra del artista francés Jacques Mataly, en la Casa de la Imagen

Desde el 5 de mayo al 22 de junio de 18 a 20:30 horas en la Casa de la Imagen las imágenes de Jacques Mataly sumergen la mirada en paisajes marítimos con una fuerza bruta y abstracta. Ambos son rigurosamente geométricos y eminentemente poéticos : su formato cuadrado se divide en dos partes iguales sobre el eje de una línea de horizonte con fuerza tanto gráfica como simbólica. La mente oscila, se proyecta y luego se escapa en esta línea simple, frontera entre el aquí y el otro lado, la realidad y la imaginación.

Las fotografías dan lugar a una yuxtaposición de superficies de colores matizados y de marcados granos que sobresalen de la oscuridad, como esculpidas por la incandescencia de las primeras luces de la mañana. Los planos se fusionan, la perspectiva se difumina y el tema se vuelve abstracto. Muy rápidamente, nos olvidamos del medio fotográfico para percibir sólo la imagen, una imagen que con mucho gusto diremos pictórica.

Desde un punto de vista formal, esta estratificación de bloques rectangulares de color con bordes difusos y cautivadores recuerda fácilmente las obras abstractas de un Mark Rothko. El impulso romántico que inspiran estos horizontes infinitos es más afín al espíritu de los expresionistas alemanes, entre el vértigo de lo sublime y el viaje interior. ¿No es Jacques Mataly contemplando aquí el lejano horizonte –y nosotros su obra– como el viajero de Caspar David Friedrich contemplando el mar de nubes?

Estos lugares inidentificables vibran en la oscuridad y la soledad sin que ningún relieve o silueta pintoresca rompa la armonía silenciosa de su línea de horizonte. Así refinada, la imagen parece multiplicar por diez su poder de atracción, invitando al espíritu errante a dejar la orilla para venir y precipitarse en la larga brecha que emerge a lo lejos. La geografía desconocida de estos lugares parece ser así la del espacio liminal que marca el encuentro entre el cielo y el mar, el día y la noche, la realidad y la fantasía.

Tal es la fuerza gráfica y la magia de estas fotografías que escapan sutilmente de los clichés de la marina. “No es el horizonte lo que nos quieren hacer creer que vemos, sino que es la imagen misma la que se convierte en un nuevo horizonte”, remarca Allan Humerose.

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