Cultura y Sociedad

Rebeca Hernando: “Es un disfrute absoluto subirme al escenario”

Escena de la obra 'La voluntad de creer'

La actriz riojana Rebeca Hernando se subió esta semana al escenario de los Premios Max de las Artes Escénicas 2023 para recoger el galardón a mejor espectáculo teatral con la obra ‘La voluntad de creer’. Lo hizo junto a su compañero José Juan Rodríguez, pero asegura que el reconocimiento va para todo el equipo, su director y la productora en general.

“Emoción y satisfacción” es lo que sintió la artista una vez conoció el premio. Amante de su tierra, ahora ya tiene marcado en el calendario el día 13 de octubre porque será entonces cuando vuelva a subirse al escenario del Teatro Bretón de Logroño para continuar con la gira de esta producción.

– ¿Qué queda de aquellos primeros años sobre el escenario del Teatro Pobre en La Laboral?

– Allí comencé como aficionada al teatro, pero fue gracias al director y maestro Fernando Gil Torner que fue y ha sido una referencia en este mundo para mí y para muchos otros actores. Él hizo de guía y nos transmitió todo el amor que sentía por el teatro y lo que más recuerdo es el disfrute absoluto al subirme al escenario para ensayar y actuar. Creo que es la enseñanza más importante y es justo la manera que yo tengo de hacer teatro.

– ¿El teatro siempre ha sido uno de sus planes en la vida?

– La verdad que siempre he querido ser actriz, desde que era niña, porque ya en casa me ponía a actuar y a inventarme personajes. Pero tampoco tenía ni idea de lo que era el mundo del teatro. Fue una vez llegué a Madrid a estudiar, en 1999, y comencé a trabajar cuando comprendí un poco de qué iba todo y de que todo era más real, excepto cuando me subía al escenario.

– ¿Qué cree que hace merecedora de este galardón a ‘La voluntad de creer’?

– Es un producto con mucha calidad. Tiene un texto precioso y muy fino escrito por Pablo Messiez en una adaptación de la conocida película ‘Ordet’ en la que el director ha reescrito una pieza completamente nueva y habla de la idea de la fe y la verosimilitud, así como de lo que los espectador y actores pueden creer que es real en un escenario. Aquí juegan un papel clave también la escenografía, los espacios y los sonidos, porque es la producción lo que ayuda a que el espectáculo sea uno que realmente engancha al público. Lo hemos visto desde su estreno en septiembre del año pasado y ese galardón no hace más que reconocerlo.

– ¿Ha sido este papel uno de los más complejos de interpretar de tu trayectoria profesional?

– Para nada. He de decir que Pablo lo ha hecho todo muy fácil y cómodo y la forma en la que hemos ido llevando los ensayos también ha ayudado. Todos los papeles exigen mucho, pero este no ha sido particularmente difícil.

– ¿Cómo ha vivido la evolución del teatro en estas dos últimas décadas?

– Creo que en Madrid, que es donde yo trabajo, ha habido una gran explosión de oferta cultural. Ahora hay más producciones, más productoras y más actores, pero no deja de ser muy precaria en la mayoría de los casos que es la cara mala de esta profesión. Y aunque se diga, no creo que ahora venga menos público al teatro que hace 20 años. Además, lo bueno que tenemos es que nuestro trabajo no se puede digitalizar ni ver una actuación de forma virtual.

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