La fecha es el 1 de agosto de 2023. A partir de ese día las bebidas alcohólicas que entren en Reino Unido deberán hacer frente a un recargo en los impuestos, especialmente los vinos licorosos de Oporto y de Jerez, con un encarecimiento del 44 por ciento más. Esta gruesa barrera arancelaria afecta de igual forma al vino tranquilo de Rioja y es que las botellas de más de 12,5 grados tendrán un sobrecoste de 0,44 libras que equivale a medio euro más (un 20 por ciento más que el precio actual).
Una medida que hiere en gran medida las exportaciones de la DOCa para el que es su principal mercado exterior al copar el 33 por ciento de las ventas. Durante el 2021, la denominación aumentó su volumen de ventas internacionales un 1,75 por ciento, impulsado por el mayor porcentaje de ventas de los vinos blancos y rosados (6 y 5 por ciento, respectivamente) y un crecimiento en valor del 7,76 por ciento.
De este nuevo batacazo de Reino Unido a la comercialización de vino se salvan, por contra, los espumosos, que incluso tienen una rebaja en esas tasas de casi 20 peniques (un 7 por ciento menos), así como las sidras, pintas de cerveza y licores de crea. Pero la preocupación se asienta en el sector vinícola ante una medida que atacará de lleno al bolsillo del consumidor inglés y, por ende, al suyo propio.
Los vinos de Rioja viajaron el pasado mes de noviembre a territorio británico con motivo del evento ‘Rioja, 100 Kilómetros de diversidad’, la mayor cata celebrada por el Consejo Regulador en la última década dentro de su labor de promoción y crecimiento internacional para el sector de Rioja. Allí se expusieron más de 280 referencias procedentes de 69 bodegas e importadores de la Denominación, ofreciendo a los participantes la posibilidad de recorrer y degustar la variedad de una región embotellada.
