El Teatro Bretón de Logroño ofrece este viernes, a las 20 horas, la obra ‘El sueño de la razón’, en la que se une la creación del dramaturgo Antonio Buero Vallejo con el cuadro de Goya ‘El sueño de la razón produce monstruos’ para presentar una metáfora de la sociedad actual.
Esta obra, dirigida por José Carlos Plaza, cuenta entre sus intérpretes con el riojano Chema León, que acompaña en escena a Antonio Valero, Ana Fernández, Fernando Sansegundo, Carlos Martínez-Abarca, Montse Peidro, María Heredia, Álvaro Pérez, Marco Pernas y Sergio Ramos.
Este drama histórico, escrito por Buero Vallejo, consigue que el espectador se introduzca de lleno en el mundo interior de Goya en uno de los momentos más oscuros de su vida. En opinión del director José Carlos Plaza, en la actualidad, “contemplamos atónitos, avergonzados ante una pérdida de la razón, un desenfoque del pensamiento, del pensamiento racional, que hace de nuestra sociedad un ser colectivo aborregado y soñoliento”.
Con este trabajo, añade, quiere realizar la trayectoria desde Goya a Buero Vallejo a modo de “un espejo donde nuestra gente vea reflejada su conducta aborregada y estúpida. Un canto al pensamiento, a la razón, a la luz de la mente que nos deje ver a través del manto de oscuridad que nos tienden las mentiras que nos crean, sin pudor y el falso oropel de las verdades adulteradas”.
Buero, añade, “nos habla, con dolor, con profundo dolor, con personajes históricos e inventados, sobre nosotros desde una época determinada del pasado y lo hizo para evitar la censura, ese monstruo de la razón, que hoy agazapado sigue mostrando sus garras. Pero es la España de siempre condenada al ostracismo y a la incultura. Todo con tal de no dejarnos pensar. De adormecer nuestra razón”.
‘El paraíso de los negros’
El domingo 19, a las 19:30 horas, la compañía María Pagés, pone en escena ‘El paraíso de los negros’, bajo la dirección de la propia bailaora y coreógrafa María Pagés (Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2022) y El Arbi El Harti. En este trabajo, María Pagés está acompañada al cante por Ana Ramón y Sara Corea, a la guitarra por Rubén Levaniegos, al chelo Sergio Menem, al violín David Moñiz y a la percusión Chema Uriarte.
Este espectáculo, apoyado por el Programa Estatal de Artes Escénicas ‘Platea’ del Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, presenta una coreografía flamenca que toma como savia propia la esencia de ‘Poeta en Nueva York’ de Federico García Lorca y la novela ‘El paraíso de los negros’ de Carl Van Vechten para tratar el tema del racismo y la discriminación.
Es una obra sobre la perpetua búsqueda de la felicidad. Explora las limitaciones humanas que, tomando la apariencia de distintos rostros, embarran y contaminan el camino del derecho al deseo, y dialoga con las barreras que se imponen como una guillotina sobre el cuello de las utopías o como imágenes, pensamientos y sentimientos que se levantan como murallas incontenibles para invisibilizar el Otro. El Otro como extensión del deseo y no como enemigo.
Es una obra flamenca construida en torno a una coreografía, una música, un cante, una iluminación, una escenografía, un vestuario y un relato dramatúrgico que narra la tensión que generan los límites, las limitaciones, las fronteras y las amenazas y acodalamientos reales y simbólicos y su consecuente violencia sobre la conciencia humana.
El ritmo de la obra busca el sosiego del equilibrio de la casa común deseada. Pero se inspira en la arritmia, las anomalías, el desorden y la asimetría que generan la angustia existencial que nos conduce a las personas a reivindicar la vida y la convivencia como nuestros derechos fundamentales inviolables.
Paraíso de los negros es una alfombra beduina ideada por viejas sabias. Los componentes éticos y estéticos que la estructuran están hilvanados por una connivencia semántica y emocional orgánicas. Esta complicidad profunda teje sus principios y las simbologías que le sirven de base, buscando siempre la anhelada conciliación del 1.
La sevillana María Pagés ha hecho de la danza su patria poética. Es una artista flamenca con una consolidada reputación internacional. Ha sido galardonada con el Premio Nacional de Danza en 2002 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2014. En 1990 creó su propia compañía de flamenco, en la que aborda los aspectos más tradicionales del género desde la contemporaneidad, porque, como ella defiende, “la contemporaneidad es la tradición en permanente movimiento”.
Entiende el flamenco como un arte contemporáneo vivo con una capacidad inusitada de dialogar con su tiempo. Está convencida de que en la cultura el diálogo y el intercambio enriquecen el arte y favorecen una mayor comprensión y empatía entre los seres humanos.
