Gastronomía

Café con gusto: entre el precio y la calidad (I)

En un primer vistazo por la ciudad, entre 1,20 y 1,30 oscila el precio de un solo. “Aunque los he visto más caros, sobre todo en alguna terraza de la Gran Vía. Me llegaron a cobrar 1,80 por un solo”, indica un cliente habitual de un bar paralelo a la vía principal de Logroño, donde un solo cuesta 1,30. Con leche, en este mismo vistazo rápido, el precio aumenta, lógicamente: del 1,40 hasta el 1,80, siempre servido en la barra, esquivando, por tanto, el suplemento por terraza. Así que, ¿cuánto cuesta un café? ¿Cuánto cuesta un solo?

Porque en un paseo por la capital, el precio oscila. No existe un único precio establecido en todos los bares y cafeterías. Porque a la hora de establecer el precio de un café hay que tener en cuenta muchos factores, y sin duda la calidad del café es uno de estos elementos, quizás el más importante, aunque no el único. La ubicación, el servicio, los márgenes que busque el responsable del espacio, la cantidad de cafés que ponga al mes, el alquiler, o, incluso, la dependencia que tenga el establecimiento en el servicio de cafés para cuadrar las cuentas. Hay bares para los que la hora del café es el momento central del día, mientras que para otros el café es un servicio secundario.

La materia prima marca el escandallo. La apuesta por cafés premium elevan el coste de un solo, también lo incrementa la cantidad de café que se incluya en cada cazoleta. Lo habitual es incorporar entre 7 y 8 gramos. Los locales que más cuidan el café aumentan la cantidad en cada servicio, llegando incluso a los 10 gramos. Ese mayor gramaje se reviente directamente al precio final. Así que de una bolsa de un kilo salen entre 120 y 140 tazas de café, lo que vienen a ser entre 15 y 17 céntimos en la materia prima. Hay que sumarle el precio del azúcar, el de la galletita, que ya se incluye en cada servicio, el uso de la taza, de la cucharilla…

Además, todo el café de España se adquiere en el exterior. En este país no se produce un gramo de café. Los fletes y transportes han incrementado su precio por la subida de combustibles y los problemas logísticos mundiales. Los hosteleros consultados dudan sobre el precio final exacto de un solo o de un café con leche. Entorno a 50 céntimos un solo, algo más, lógicamente, el con leche.

A la taza hay que sumarle otros costes, como el de la energía. Para el escandallo calculan un euro a la hora en electricidad, cafeteras que habitualmente están toda la jornada laboral encendidas. Sin olvidar la molienda, que si se hace en el local aumenta el coste final. Y existe costes fijos, como el alquiler, los camareros, y el margen que busca cada hostelero. Cada elemento que se incorpora redunda en el precio final, como la leche, el hielo, o alguna crema que pone al asunto algo de misterio. El cálculo medio y aproximado de un café solo ronda los 40 céntimos, unos 20 céntimos más si van con leche.

Un producto con un margen lo suficientemente importante como para que los locales riojanos decidan apostar por un café y un servicio de altura. “Aunque para sacar mil euros al mes en café hay que poner muchos al día”, reconoce un hostelero de la capital, que no se muestra muy orgulloso del nivel medio: “Nos queda mucho por hacer, mucha formación por recibir, para presumir de que servimos en líneas generales buen café a los clientes”.

En cada bar ponen un café, donde calidad y precio se establecen como elementos inseparables para ganarse a la clientela. Esto va por gustos, por grados de confianzas, pero nos gustaría saber qué cafés merecen realmente la pena en La Rioja. Haznos llegar tus lugares favoritos en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881.

 

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