La Rioja

Preparada para ser descubierta: entre viñedos y naturaleza

Una tierra abierta, dispuesta a dejarse descubrir por todo aquel que llegue, La Rioja ha presentado este viernes en FITUR su cara más natural, esa menos conocida que aderezada con el enoturismo pretende encandilar a cuantos llegan a sus bosques, sus riberas, sus sierras nevadas y sus profundas tierras de secano y también a sus viñas, a sus museos y a sus barrios históricos.

Todo un continente en un puñado de kilómetros que permite al que llega de lejos poder disfrutar de una amalgama de sensaciones. El cambalache de una tierra en la que piedra y agua son los hilos conductores de la historia natural de una región con siete ríos y sus siete valles que ofrecen una atípica paleta de colores difícil de encontrar en cualquier otro lugar del mundo.

FOTO: Daniel Acevedo.

Desde lo pequeño, la vista del visitante se para en los campos mediterráneos con los viñedos como reyes impertérritos de un lugar en el que la magia descubre sus bazas que no son otras que la fortuna de encontrarse en un lugar privilegiado, de rasgos singulares, de campos mediterráneos pero también con un soplo atlántico y un guiño al clima continental que se hace un hueco desde la meseta castellana.

Multitud de atractivos recursos naturales con un hálito de frescura que cambia con las estaciones para reconvertirse cada temporada: inviernos de nievas mágicas, primaveras de entornos verdes ligados a sus ríos, veranos de sol que calienta en las mejillas y otoños de fascinante encanto.

Un paseo junto a un acantilado de doscientos metros de desnivel para asomarse al Cañón del Río Leza en el Camero Viejo. La curva de una carretera en la que convive el ganado con los caminantes. Los primeros rayos de sol contemplando a una cuadrilla de buitres leonados posados sobre un risco que los encumbran como los vigilantes de unas tierras siempre sorprendentes.

Pero también pequeños arroyos en paisajes que se convierten en panorámicas de cuento. Glaciares bajo las cumbres de Sierra Cebollera, viñedos repletos de hojas de múltiples colores y que aún esconden los pocos racimos que se salvaron de la última vendimia. Castillos medievales, molinos de piedra, las últimas huellas de dinosaurios. Toda una sorpresa natural dispuesta a ser descubierta.

Un lugar en el que, además, las noches tienen un brillo especial gracias a esas estrellas que ya en otros lugares no se pueden contemplar. ‘Rutas del silencio’ y  ‘Noches estrelladas’ que hacen del momento en el que el sol descansa tras el horizonte una ocasión perfecta para descubrir a esta tierra como destino StarLight.

Una tierra cuya superficie protegida ha aumentado en 12.364 hectáreas con la creación del parque natural del Alto Najerilla. Protección natural en el 36 por ciento de un territorio con 180.000 hectáreas de oportunidades para descubrir mundos naturales excepcionales y la fascinante biodiversidad que estos acogen.

Enclaves geológicos privilegiados, pinos, hayas, robles, álamos, olmos viejos, saltos de agua, pequeñas cascadas, bellas ermitas, paisaje y arte que se dan la mano a cada paso.  Desde Alfaro hasta Haro. Herrerillos, mirlos, milanos, abubillas, cigüeñas se adueñan de la parte más oriental de una tierra que adereza todos estos recursos con la historia de una tierra ligada de manera intrínseca a la cultura del vino.

Porque el vino es leyenda en La Rioja. Porque en esta tierra se encuentra el mayor número de bodegas centenarias del mundo, museos en los que el vino se hace la esencia más perdurable de la región, barrios históricos y un hilo conductor que puede seguirse a través de decenas de rutas, actividades y planes dignos de la más bella de las experiencias.

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