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La Rioja Cuida: los primeros en llegar

Son los primeros en llegar a cualquier urgencia en La Rioja. Pase lo que pase, da igual: ellos están allí. En preventivo o dispuestos a actuar desde el primer minuto. Sus ojos son testigos, día a día, de las escenas más trágicas que se suceden en la región. Una media de una veintena en cada turno. Imágenes que se graban para siempre y ante las que actúan con rigurosa profesionalidad. Allí, siempre allí. A milímetros del herido, a centímetros del familiar en los momentos más difíciles. Son los Técnicos de Emergencias Sanitarias, que desde hace seis meses se encuadran en la empresa pública La Rioja Cuida, una forma de poner en valor su trabajo, sus condiciones laborales y el trato a los pacientes.

La Rioja ha sido, tras Baleares, la segunda comunidad que ha internalizado el transporte sanitario en España y la primera en internalizar tanto las urgencias como el transporte colectivo al mismo tiempo. El transporte sanitario tiene dos cabezas: la primera es la emergencia, donde los protocolos son fundamentales; la velocidad en la actuación, la pericia, las rápidas decisiones. Por otro lado está el servicio de transporte programado: las cosas ahí cambian. La complicidad con los usuarios, que a veces se convierten en familia, la empatía, saber escuchar son claves para hacer del trabajo de llevar a los enfermos a sus servicios (diálisis, quimioterapia, rehabilitación) algo más que un simple recuento de kilómetros.

Lo hacen en La Rioja. De Alfaro hasta Foncea, de la sierra al valle. “No sólo ahí, hay que tener en cuenta que, a pesar de lo maravillosa que es nuestra región, no tenemos todos los servicios sanitarios y por eso también nos encargamos de los traslados a otras comunidades autónomas”, explica Adrián Bajo, responsable técnico de La Rioja Cuida. El caso más cercano en el tiempo, el autobús escolar que volcó hace unos días en Rioja Alavesa. Allí estaban también ellos, por si la cosa se ponía fea. “Siempre es mejor mandar más recursos y luego tener que volverte a casa sin haber actuado que quedarte corto”, asegura.

Entre 230 y 250 profesionales trabajan en La Rioja Cuida. “Ha sido un paso importante para nosotros entrar dentro del sistema público. Quizás haya cosas que el paciente no note, pero sí los trabajadores, y cuando el trabajador está reconocido el paciente lo termina notando”, asegura Bajo.

El día a día de estos trabajadores pasa en las ambulancias. Las hay de tres tipos. La Unidad de Soporte Vital Avanzado en la que los técnicos van acompañados siempre de profesionales sanitarios; la unidad de Soporte Vital Básico, donde van dos técnicos, y las ambulancias convencionales para los traslados programados en los que pueden ir uno o dos técnicos en función del servicio que haya que realizar.

El día a día es esos trabajadores se vive en las ambulancias. Unas ambulancias que serán nuevas, «para la primavera de 2023» y las cosas van a cambiar aún más a partir de ese momento: «Ahora se priorizaba conseguir puntos ofreciendo mas ambulancias aunque fuesen de baja operatividad, pero lo importante no es tanto el número como que sean adaptadas a nuestras necesidades para que nos permitan ser más eficaces. Las características de La Rioja son especiales; por ejemplo, para la zona de Cameros necesitamos una ambulancia que sea 4×4 y también necesitamos ambulancias más grandes para el transporte colectivo y así no utilizar dos vehículos cuando el servicio se puede dar con una», detalla.

“Va a ser un paso muy importante en La Rioja porque estas ambulancias mejoran mucho el trabajo de los técnicos, vamos a tener ambulancias preparadas para personas con obesidad mórbida o para traslados pediátricos” y asegura que han sido los técnicos quienes han intervenido en el contrato para que estas ambulancias tengan más utilidad que hasta ahora.

La formación también es importante en La Rioja Cuida. Continua, detallada, centrada en las necesidades que existen en la región. Un servicio cada vez más profesionalizado que está atrayendo a muchos jóvenes a la profesión. Ionela y Gabriel son algunas de las dos últimas incorporaciones de los últimos meses. Ambos terminaron el curso pasado el Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias que ofrece el IES Duques de Nájera.

Ionela lo tuvo claro. No quería un trabajo en el que tuviese que estar ocho horas sentada en una oficina. “En este trabajo nunca tenemos la misma rutina”, cuenta esta joven de veinte años que lleva desde el mes de julio rodeada de urgencias, transportes y compañeros que ya son amigos.

“Hay que ser muy valiente para que con esta edad te decidas a estudiar algo así”, asegura Adrián. “Vemos accidentes muy duros, situaciones ante las que el control es una herramienta fundamental, autolíticos de gente muy joven ( el intento de suicidio está cada vez más presente en las urgencias)… Hay días más normales y otros más complicados, muchas veces ves la crudeza de la vida que te hace replantearte muchas cosas”, dice Gabriel. “En algunas situaciones entramos hasta la cocina en las casas de las personas y ves la situación en la que viven algunos: la soledad, la vulnerabilidad”, comenta Ionela.

Para que todo eso pase la menor factura posible, los protocolos marcan punto por punto lo que hay que hacer en cada una de las situaciones. “Te pones en modo piloto automático porque, a veces, es mejor no pensarlo”, explica Gabriel. Ninguno de los tres olvida su primera parada. “Que los protocolos sean así te permite no pensar, simplemente actuar, luego terminas y la cosa cambia y a veces es complicado que no te afecte”, coinciden.

Y es que si la formación es importante, también lo es el aprendizaje diario que reciben de los compañeros que llevan más tiempo en el servicio. “Es un trabajo en equipo, cada uno sabemos lo que tenemos que hacer, hay que actuar sobre el paciente pero, a veces, también con el familiar que está en una situación de tensión, hay que saber hacerlo en vía pública con mucha gente alrededor mirando y saber sobreponerte a que, aunque a veces haces todo lo posible, el final no es el que te gustaría”.

Un trabajo incansable que a veces no ha estado lo suficientemente valorado. Un servicio que salva decenas de vidas a lo largo del año y que permite que ante cualquier situación sepas que ellos están ahí, siempre, a milímetros del accidentado, a centímetros de sus familiares.

* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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