El Rioja

Un recorrido vinícola por tierras orientales de la mano de Queirón

La familia Queirón pone sobre las bondades de la tierra oriental de Rioja una variada selección de variedades traídas desde Quel y Alfaro para saborear los aromas de un paisaje único. Lo hará este jueves de la mano de Raquel Pérez Cuevas y Pablo García Mancha, quienes abordarán el potencial vinícola de esta zona en la cuarta y última jornada del I Ciclo de Catas Underground (entradas disponibles), organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria, junto a la gastronomía de ‘El Arao’.

Los protagonistas serán dos monovarietales de tempranillo blanco y viura de Ontañón (la firma queleña ha agotado su Ensayos Capitales 2 y hasta finales de año no tendrá disponible Mi Lugar blanco) y tres vinos con sello Queirón: Mi Lugar 2017, Ensayos Capitales 3 Tempranillo Asoleao 2020 y Viñedos Familiares Reserva 2011.

– ¿Qué diferencias más notables se palpan entre los dos vinos blancos?

– Principalmente se puede hablar de la presencia de madera. El Tempranillo blanco se presenta como un vino sin madera, con un trabajo muy bonito de lías con el que se busca plasmar la acidez y frescura de esta variedad. Y el Viura de Ontañón, en cambio, sí tiene un leve paso de tres o cuatro meses por madera y aromaticamente se nota. La madera y la viura tienen algo mágico.

– La gama de vinos de Queirón refleja una perfecta inmersión en territorio queleño. ¿Qué guardan en común los tres vinos?

– Todos ellos son Quel. Representan las viñas, las alturas, los suelos y la propiea biodiversidad del municipio, donde el viñedo se intercala con cultivos de ciruelos, almendros u olivos. Pero diría que el vino que resume a la perfección la filosofía de la bodega es Mi Lugar porque se hace únicamente con uvas procedentes de pequeños viñedos al vaso de Quel con variedades de la zona.

Pablo García Mancha (Ontañón Familia)

– ¿Y en copa se aprecia este terruño del municipio?

– Representa totalmente al pueblo gracias a las diferentes alturas, con garnachas a 600 metros y tempranillos a 700, y al trabajo serio de barrica que lleva, dejando un vino frutal, fluido y largo. Un vino, además, realizado por el sistema de gravedad gracias al tipo de bodegas que tenemos en el barrio de Quel, distribuidas en cuatro alturas, no enterradas.

– Los orígenes de la tierra también se reflejan en el Tempranillo Asoleao. ¿Qué tiene de especial este tercer Ensayo Capital?

– Históricamente, y en el marco de Jerez, para recuprerar concentración y sacar vinos dulces se asoleaban las uvas, pero esto no es lo mismo que pasificarlas para quedarse con ese azúcar residual. Lo que hacemos en Queirón es recuperar la tradición de pasificar la ciruela Reina Claudia de esta zona en cañizos, esas superficies de cañas que elevan el fruto para que el aire sople por igual en toda la superficie, pero haciéndolo con uvas. Se trata de aprovechar un recurso local y gastronómico para unirlo con la tradición vitivinícola.

– ¿Qué veremos como resultado de este proceso en la cata?

– Lo que se busca es concentración. Sobre las cañas, las uvas se asolean hasta perder entre un diez y un quince por ciento de humeadd, consiguiendo así menor cantidad de mosto a la hora de la maceración. Por lo tanto, hay más capacidad de extracción de color y aromas, pero no azúcar residual. Eso es lo que se va a catar este jueves. Un tercer ensayo que nos salió muy bien.

– Y para cerrar el abanico de estos aromas queleños, un reserva de tempranillo y graciano.

– Queirón de Gabriel es el vino más clásico de Queirón, el primero con el que salió la bodega y un vino muy especial porque procede de dos de nuestras fincas estrella, La Pasada y El Pozo. Pocas bodegas son las que usan dos varietales en las composiciones de sus reservas y es que el graciano le aporta una acidez que lo va hacer vivir durante muchos años. Para mí este vino refleja la esencia de Rioja, el equilibrio entre la finura y la potencia aromática.

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