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Flores por doquier en Feliñarán para una histórica temporada de eventos

Hortensias, calas, paniculatas, claveles y, sobre todo, mucha flor blanca. Este 2022 es el año del ‘Sí, quiero’ y de los trajes de marineros, el año de todos aquellos planes frustrados por una pandemia. Esta primavera y verano los eventos han vuelto a relucir con sus trajes de gala y con ellos, los talleres de los floristas, que trabajan al doscientos por cien para poder recoger todas las peticiones posibles.

En Feliñarán Floristas no dejan de atender llamadas desde hace semanas y las colas de novios se suceden a las puertas del local. “A las fechas que muchas parejas tenían para este año hay que sumarles las que se han retrasado desde 2020 por el COVID-19, así que estamos haciendo malabares para intentar cuadrar todas las citas porque se han juntado muchas fechas sobre todo para bodas”, apunta su propietaria Arantxa Ibáñez.

Esta maestra florista tiene todos los fines de semana de su agenda copados hasta el día de Todos los Santos, pero incluso también algún viernes que otro con bodas. “Otros años en agosto apenas teníamos celebraciones nupciales, igual solo un fin de semana, pero ahora no libramos ni uno. Esto es increíble, no damos abasto por todo aquello que no hemos podido trabajar durante dos temporadas. Este año ya nos podemos olvidar de las vacaciones…”.

Eso sí, entre ceremonias, fiestas y eventos varios, “bienvenido sea este 2022”, porque lo que no quiere Arantxa es regresar a esos meses de incertidumbre que pasaron durante la pandemia. “Sobrevivimos gracias al teléfono y a los envíos a domicilio, pero trabajando siete veces más y no quiero eso porque no podías contratar a gente ni desplazarte a otras regiones”, recuerda.

Así que todo encargo es bien recibido, aunque con la certeza de a veces toca decir ‘no’ a algún cliente: “Nosotros nos dedicamos a elegir las flores y preparar todo el diseño para poder elaborar los centros y ramos el mismo día del evento o el día anterior, por lo que debe haber una programación previa que implica tiempo y dedicación. Por eso es clave conocer bien el nivel de trabajo que eres capaz de soportar en función de tus recursos porque nosotros preferimos rechazar una oferta que no hacerla pero sin poner todos nuestros esfuerzos en que salga bien, como el cliente y nosotros queremos”.

En Feliñarán Floristas son ocho manos las que trabajan habitualmente en el taller, aunque siempre se contrata más personal para afrontar las temporadas nupciales, cuando mayor volumen de trabajo hay y que también implica viajes por la península. “Madrid, León, Marbella… Te tiene que gustar el ritmo de trabajo y valorar si compensa o no hacer determinados servicios”.

Arantxa aplaude las nuevas tendencias que irrumpen en las ceremonias nupciales, donde no se busca seguir las modas sino marcar una personalidad concreta: “Lo importante es ofrecer diversidad e ir evolucionando con los cambios. La gente que ya nos conoce se deja aconsejar y nos deja crear, sin ser exigentes, así que procuramos reflejar la identidad de los protagonistas, de los novios. Por eso se pueden ver cosas muy diferentes y personales, independientemente de los estilos tradicionales que existen para estas fechas”. Flores elegantes, variedades de tamaños y diseños y muchas creaciones para ser el complemento perfecto y hecho a medida de un día que quedará grabado sobre el papel y la memoria.

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