El dinero no da la felicidad, pero la pone botando en el punto de penalti. También cuentan de los caudales que provocan una ambición infinita: más tienes, más quieres. Y los vecinos de Logroño tienen hoy casi 2.000 euros más en sus bolsillos que hace cuatro años. De media, ya se sabe. Según las leyes estadísticas, la conclusión no implica que haya por ahí un logroñés con 4.000 euros más, mientras tú sigues rebuscando monedas entre los cojines del sofá.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica este lunes la última actualización de los indicadores urbanos que, entre sus múltiples variables, analiza la renta per cápita media anual en los 416 municipios españoles con más de 20.000 vecinos censados.
Si existiera una Primera División de la riqueza, la principal lectura sería que Logroño ocupa puestos europeos con una renta media de 13.910 euros netos al año, mientras que Calahorra (con 11.705) se asienta en la zona media de la tabla. Los vecinos de la capital riojana ocupan el puesto 28º de la lista y perciben casi la mitad de renta que los de Pozuelo de Alarcón, que repite como el municipio más rico de España con sus 26.367 euros por cabeza.
En cuanto a capitales de provincia, Logroño se sitúa por detrás de San Sebastián (casi 18.900 euros de renta media), Madrid (17.209), Barcelona (16.893), Bilbao (16.119), Vitoria (15.291), Girona (14.719), Santiago de Compostela (14.635), A Coruña (14.535), Burgos (14.351), León (14.286), Toledo (14.284); Santander (14.219), Zaragoza (14.116), Pamplona (14.107) y Valladolid (14.099).
Visto así, la moral se viene un poco abajo entre los vecinos de Logroño, pero la cosa cambia al ver la evolución monetaria en los últimos años. Porque los casi 14.000 euros que llevaba en la cartera cada logroñés en 2019 (fecha de la que data el último registro del INE) dan bastante más juego que los poco más de 12.000 de 2015. También andan más desahogados en Calahorra, que cuya tendencia es similar a la de Logroño: la renta de 2015 era de casi 10.000 euros y en 2019 escaló hasta los 11.700.
