El Rioja

Los vinos “silenciosos” de Rioja retumban en Madrid: “Sólo hay que tener valentía”

La revolución silenciosa de Rioja se ha hecho escuchar en la última jornada de Madrid Fusión. A pesar de su “voz baja” y sus susurros en forma de vino, sus reflexiones llegan como si fueran gritos a las puertas del olimpo gastronómico de la capital. Berta Valgañón (Pretium), Miguel Eguíluz (Cupani) y Carlos Mazo (Vinos en Voz Baja) han sido la punta de lanza del movimiento de esos pequeños productores que han aterrizado en el sector con una nueva forma de entender y elaborar el vino.

Un encuentro dirigido por el periodista Alberto Gil (Diario La Rioja), donde los asistentes han tenido la oportunidad de catar algunos de los vinos más representativos de este cambio de paradigma en Rioja. Un recorrido geográfico desde la zona más fría de Rioja, al abrigo de los montes Obarenes, con el tempranillo y la viura de Pretium, hasta el corazón de la Sonsierra, con los tempranillos de Cupani, pasando por las garnachas de Rioja Oriental de Vinos en Voz Baja. “Una puesta en valor de estas nuevas generaciones de viticultores por las comarcas, los pueblos y los viñedos riojanos”.

Rioja, vinos silenciosos | Madrid Fusión

La revolución silenciosa, ha explicado Alberto Gil, es un término que sirve para explicar la llegada en los últimos diez años de nuevas generaciones a las bodegas con nuevas ideas e incluso el aterrizaje de ‘rastreacepas’ que buscan viejos viñedos con identidad. “El modelo Rioja se ha basado en la mezcla de variedades de uva, el trabajo con la madera y la botella para la crianza, pero esta generación está recuperando el nombre de vinos de pueblo y de comarca, dando importancia a la madera, pero a la madera de la viña”, ha apuntado el periodista, poniendo el acento en que La Rioja es la región con más variedad, talento y creatividad que hay en España.

En las preguntas de los asistentes han llegado las reflexiones más profundas. Carlos Mazo ha destacado que ese “productor desconocido” en una región histórica como Rioja es otra figura y así hay que entenderla. “No pasa nada por no salir en una revista. Nosotros tenemos que dedicarnos a trabajar para hacer el vino mejor y, sobre todo, que se diferencie de las otras regiones para que el que quiera tener en su bodega un Burdeos, un Piamonte, un Rioja y una garnacha de Madrid, tenga el vino preciso de esa región”.

Carlos Mazo (Vinos en voz baja) | Madrid Fusión

“Nuestro papel es muy bonito: el del pequeño productor, el productor desconocido. No pasa nada por no tener 97 puntos en un vino. Que yo no soy un ermitaño y sé que los puntos hoy en día son la clave, pero no es todo. Tiene que haber de todo, hay que asumirlo y no pasa nada”, ha añadido el responsable de Vinoz en Voz Baja, quien también ha resaltado que sus vinos “representan” a la región. Y no sólo eso sino que deberían representar cada pueblo. “Es difícil, pero en una región histórica de talla mundial, llena de matices y de estilos de vinificación que se diferencian de un municipio a otro, es posible mostrarle al consumidor cómo vemos la región a través de nuestros vinos. Sólo hay que tener valentía, porque hay otros productores marcándonos el camino y es nuestra decisión seguirles o no”.

Berta Valgañón ha reconocido que al principio se ponía muy nerviosa. “Sales a la distribución y quieres hacer lo mismo que los demás, pero no es tu camino porque vas a los bares y restaurantes y tienen todos los días a un montón de comerciales ofreciendo vinos de autor. Allí no te diferencias”. ¿Cómo hacerlo entonces? Tan fácil, según la teoría, y tan difícil, según la práctica. “Que la gente venga a La Rioja y que nos descubra. Vas a ferias y buscas importadores, pero el buen complemento es que viene la gente a Rioja, lee el libro de Alberto y si va a un pueblo pasa por tu bodega. Se nota”.

Berta Valgañón (Pretium) | Madrid Fusión

En este sentido, en Pretium apuestan por un enoturismo más personalizado. Casi tanto como en aquella época cuando para quedar con un amigo había que pasar por su casa y llamar al timbre. “La semana pasada tuve una visita en la que primero fueron a una gran bodega de Haro y después a nuestra bodega. De donde salen encantados es de una conversación contigo en la bodega y de la cata de tus vinos. Sí que impresionan los mausoleos de las bodegas, pero de donde salen contentos es de nuestra visita”.

Por último, Miguel Eguíluz ha señalado que esa revolución silenciosa de Rioja ahora vive un momento muy dulce. “La gente quiere conocerte a ti. Si eres de verdad, como tienes que ser en el mundo del vino, si tienes un proyecto de verdad… no es que lo tengas todo hecho, pero la gente lo sabe valorar. A la gente le puedes engañar una vez, pero no dos. Van a ir a verte y a ver cómo trabajas, cómo etiquetas y cómo tienes la viñas”.

Miguel Eguíluz (Cupani) | Madrid Fusión

La apuesta de Eguíluz también conlleva un relato. No sólo de vino se alimenta el hombre. “No es lo que te has bebido sino todo lo que hay detrás”. La historia, el trabajo, la pasión y prácticamente la vida. “Los trasatlánticos, para ciertas cosas, vienen bien porque van a llegar a sitios donde tú no puedes con tantas botellas. Sin embargo, el altavoz que nos ha dado Alberto con este libro nos da mucha fuerza y te ayuda. Lo que te hace grande es que venga la gente y le enseñes tu verdad, tu vino y tu proyecto. Luego que ellos decidan”.

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