Esta semana hemos visto cómo desde el Parlamento de La Rioja ha salido adelante una proposición no de ley que en términos generales pretendía poner sobre la mesa la igualdad de la mujer en el ámbito de la salud. Sin embargo, uno de los puntos aprobados concreta un posicionamiento cuestionable acerca de un término que ensombrece desde hace un tiempo la labor de los ginecólogos y obstetras de todo el país: la violencia obstétrica.
Desde la Asociación de Ginecología y Obstetricia de La Rioja queremos manifestar nuestro profundo malestar ante una situación en la que se pretende equiparar estas prácticas a la “violencia de género” algo que no se ajustan en absoluto al modelo actual de asistencia al parto de La Rioja. Un modelo, sin duda, centrado en la mujer.
¿Qué entienden por violencia obstétrica? ¿Qué el parto no cumpla las expectativas que una mujer ha depositado en él? ¿Quién ha creado o quién le ha hecho crear esas expectativas? ¿Quién puede creer que un profesional que ha dedicado toda su vida a formarse, actualizarse y atender uno de los actos más íntimos y especiales de la vida de una mujer, como es tener un hijo, vamos a emplear un fórceps, vamos a realizar una cesárea o una episiotomía, o vamos a hacer tactos vaginales porque queremos violentar a la mujer? ¿Porque queremos hacerle daño? No tiene ningún sentido. Ninguno.
La Obstetricia es una de las especialidades médicas más imprevisibles. En cuestión de segundos puede cambiar el escenario ante el que nos encontramos y, todas y todos los profesionales de La Rioja tenemos un único objetivo en nuestra mente en cada parto: cuidar la salud tanto de la madre como del bebé. Y por supuesto hacerlo desde el máximo respeto, la total humanidad y el completo rigor científico.
Cuando un profesional tiene que realizar alguna de las prácticas anteriormente mencionadas es, única y exclusivamente, para cumplir estos objetivos. La tocurgia tiene sus indicaciones, eso es incuestionable. El empleo de instrumental en según qué alumbramientos ha evitado males mayores y una cesárea indicada salva vidas, tanto de bebés como de madres.
Los ginecólogos y las ginecólogas de La Rioja no podemos aceptar que se nos criminalice asociando el término “violencia obstétrica” a otras de las modalidades de violencia que sufren las mujeres y que constituyen una lacra en nuestra sociedad. La sola sugerencia que nuestra práctica pueda ser entendida como un “acto violento hacia nuestras pacientes” nos resulta algo extremadamente doloroso, generando desconfianza hacia los profesionales por parte de la población general.
Desde la Sociedad Riojana de Obstetricia y Ginecología solicitamos respeto por parte de los políticos, legisladores, y la población en general. Estamos aquí para cuidar de su salud y la de sus hijos, eso no lo duden nunca.
Entrega, servicio, rigor científico, humanidad y ética son los pilares que orientan nuestro trabajo. Las mujeres, su salud y la de sus hijos, siempre han sido y serán el centro de nuestra atención profesional. Esta es nuestra vocación. Es el motivo por el que trabajamos, estudiamos y por el que nos entregamos con todos nuestros conocimientos, sensibilidad, empatía y buen hacer en cada parto, en cada consulta, en cada visita. Y así seguiremos haciendo.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
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