La Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP) La Rioja ha recordado que desde hace dos años vienen denunciando en diferentes foros que “la digitalización de los servicios bancarios, pero no solamente, iban a ser un grave problema para las personas que no están acostumbradas o entrenadas para ello, de manera especial las personas mayores de nuestra sociedad”.
A ello, recuerdan, se ha unido la pandemia y el cierre de numerosas oficinas de manera especial en los municipios rurales, aunque no solo en estas poblaciones. De hecho, aportábamos el dato en el 2020 que habían cerrado aproximadamente la mitad de las oficinas que estaban abiertas en 2008… aunque la sangría, somos conscientes, se ha seguido produciendo.
Saturnino Álvarez, presidente de la UDP, ha lamentado la “cerrazón” de los servicios bancarios “que siguen dificultando el acceso a las propias entidades bancarias, para en ventanilla o en los cajeros automáticos, recibamos la ayuda necesaria”.
Recalca que esta denuncia “no se detiene en las entidades bancarias, sino que también solicitábamos a las administraciones y entidades públicas que no se olvidaran de la atención persona” a sus usuarios y facilitaran este servicio a las personas de edad avanzada ya que muchos no pueden acceder a las herramientas digitales”.
“Desgraciadamente tenemos que seguir denunciando unas prácticas que van en contra de una parte importante de la sociedad, aquella que precisamente más está necesitada de ayuda”, lamenta el presidente de esta organización.
Sus quejas “no se centran en tener que utilizar la banca digital, sino que va más allá” y se extiende “al abandono de la atención personaliza, la reducción de horarios, las largas colas de espera, la falta de información o la ausencia de accesibilidad física y cognitiva por la ilegibilidad y comprensión de la información” algo que “provoca en las personas mayores una continua sensación de inseguridad acompañada de falta de confianza.
Por todo ello “desde la UDP La Rioja exigimos tanto a las entidades privadas como a las públicas que proporcionen otras posibilidades de atención personal y presencial para solventar trámites”.
“Si los políticos que ahora nos gobiernan no son conscientes de que la brecha digital, considerada no solamente como el acceso a los servicios bancarios, sino también a muchos trámites con administración o servicios públicos, es un factor que aumenta la desigualdad y dificulta la autonomía personal y la participación, es que, desgraciadamente, están muy alejados de la realidad”, concluye el presidente de UDP.
