El investigador en juego patológico y docente de la Universidad de Zaragoza, Jesús Cortés, ha avalado la mayor parte del contenido del anteproyecto de ley de Juego de La Rioja, aunque ha propuesto ampliar la distancia mínima que debe existir entre locales de juego y los institutos, que el texto inicial plantea en 200 metros.
Cortés ha participado este martes en la Comisión de Hacienda del Parlamento de La Rioja y se ha referido, principalmente, a los riesgos del “juego patológico”, sobre todo para menores, y cómo los aborda el anteproyecto de ley de Juego regional.
Ha explicado que, para disminuir el “potencial adictivo” del juego, es necesario controlar la disponibilidad y la accesibilidad de los menores a diferentes modalidades de apuestas, de forma específica con la distancia de sus establecimientos a institutos de Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional.
En el anteproyecto de ley se propone que haya un mínimo de 200 metros, de forma lineal o radial y “eso es algo acertado”, aunque “ya hay estudios que hablan de que con locales de juego a menos de 500 metros se reduce el rendimiento escolar de los alumnos”, ha subrayado.
Ha admitido que la realidad de Madrid, donde se hizo ese estudio, a la de ciudades como las de La Rioja puede ser diferente, aunque ha abogado por ampliar esa distancia a los 500 metros para “disminuir la capacidad de influencia que tienen esos locales” sobre los jóvenes.
Otra fórmula, ha dicho, sería “establecer zonas saturadas” de locales de juego, donde no pudieran abrirse más, “aunque eso correspondería más a los ayuntamientos”.
“El juego siempre implica riesgos y, para regularlo, hay que hablar de datos, con rigor y no con opiniones”, ha defendido Cortés, quien ha aludido a diferentes estudios que alertan del aumento de la prevalencia del juego patológico en menores desde 14 años.
Ha citado que, según algunas fuentes, el juego presencial afecta a un 22,7 por ciento de los adolescentes y el que se hace en internet a un 10,3 por ciento, cifras que se han doblado en los dos últimos años.
Además, ha incidido, se ha comprobado la relación entre el inicio temprano en el juego y el desarrollo posterior del jugo patológico, “que causa a muchos jóvenes deudas y problemas para muchos años”.
“Por eso, es imprescindible la prevención, como proponen en esta ley”, ha afirmado este experto, quien ha abogado por “la prohibición de la publicidad agresiva del juego para los jóvenes, aunque eso requeriría un mayor desarrollo posterior”.
El juego es, ha afirmado, “un problema de salud pública” y, así, “ya existe una línea bastante potente de investigación a nivel internacional, que compara los ingresos que las administraciones obtienen por el juego con sus costes económicos y sociales, en salud, empleo, vivienda, educación y criminalidad”.
Esas investigaciones “cifran el coste excesivo anual en torno a 300 y 1.200 millones de euros”, ha añadido, aunque, “incluso, habría que entrar más a fondo y contabilizar también lo referente a salud mental” porque “se sabe que un 9 por ciento de los adictos al juego llegan a considerar el suicidio”.
Por ello, es necesaria “una regulación que consiga monitorizar la expansión del negocio del juego y el daño que produce” y tratar de evitar la adicción de menores y, para eso, hay que prohibir su acceso al juego y ser “estrictos” con la publicidad, ha concluido.
