Agricultura

La productividad de la remolacha, a ensayo con la Nueva Biotecnología Agraria

Un equipo de investigadores ensayan en La Rioja el uso de fertilizantes para aumentar la productividad de la remolacha y su resistencia a plagas y enfermedades. El estudio, denominado Rizoma, lo realizan la Asociación de Investigación para la Mejora del Culturo de la Remolacha Azucarera (AIMCRA), Servicios Agrarios Riojanos, ARAG-Asaja, Biomass Booster, Clean Biotec y el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR).

Este proyecto se incluye en la Nueva Biotecnología Agraria, basada en el desarrollo y aplicación de microorganismos autóctonos y específicos del suelo, que favorecen el desarrollo y la salud de los cultivos, lo que permite reducir la aplicación de fertilizantes de síntesis y productos fitosanitarios.

Los investigadores de este proyecto consideran que los biofertilizantes a base de microbioma se configuran como una de las soluciones “más interesantes” para aumentar la productividad y resistencia a plagas y enfermedades y están a la vanguardia de la nueva agricultura sostenible, que ya se aplica en los países más avanzados en biotecnología.

A través de este estudio, se persigue la conservación de la biodiversidad, el incremento de la producción de alimentos, la productividad y la sostenibilidad, a través de un uso más eficiente de los “inputs” y del agua, entre otros objetivos a corto y largo plazo. La investigación cuenta con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Rural (FEADER), del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja.

El proyecto comenzó a dar sus primeros pasos en 2019 con la identificación y cuantificación mediante técnicas de biología molecular, del microbioma asociado a la raíz de la remolacha azucarera, que está íntimamente relacionado con la salud y resistencia del cultivo a las adversidades.

Para ello, se hizo una selección de parcelas con alta producción en su historial en las que se identificaron los microorganismos presentes en el suelo mediante técnicas de secuenciación del ADN, se realizaron muestreos de cosecha para analizar los parámetros productivos más significativos. Tras cruzar los resultados, se procedió a identificar los microorganismos beneficiosos para el cultivo.

La siguiente fase del proyecto consistió en “criar” esos microorganismos y aplicarlos al cultivo como biofertilizantes y ya, durante 2020, se realizaron campos de ensayo en parcelas de remolacha situadas en La Rioja, con el fin de comprobar los efectos beneficiosos sobre el vigor y el rendimiento del cultivo.

Este trabajo, que encara ya su fase final, ha identificado distintas respuestas de los biofertilizantes al desarrollo de la raíz. Este proyecto es una de las prioridades de AIMCRA, Azucarera y sus agricultores, que tiene como objetivo buscar soluciones viables y medioambientalmente sostenibles para el cultivo de la remolacha azucarera que den respuesta a la Estrategia Europea de Biodiversidad, a la Estrategia de la Granja a la Mesa y al beneficio individual del remolachero.

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