La Policía Nacional investiga la presunta relación de Francisco Javier Almeida con el asesinato de una mujer en Logroño en octubre de 2020. Un posible crimen que no se dio a conocer a la opinión pública, pero que ahora los investigadores relacionan con el detenido por el homicidio de Álex en Lardero. Lo cuenta Nacho Abad en El Confidencial, donde se asegura que “el cuerpo presentaba unas lesiones, pinchazos y un profundo corte en el cuello, que son inquietantemente parecidas a las que en 1998 sufrió la segunda víctima de Almeida”.
La Delegación del Gobierno ha confirmado este martes que, en un principio, la línea del suicido es la que cobró más fuerza, “hecho que nunca se comunica”, aunque posteriormente la investigación cambió de rumbo y se detuvo a una persona. La causa por la que no se informó posteriormente es como consecuencia del secreto sumarial que se decretó en ese momento. “Ahora mismo la investigacion está abierta y se esperan pruebas de ADN confirmatorias de la autoria”, ha añadido.
El atestado de la Policía Nacional, al que ha tenido acceso El Confidencial, asegura que se encontró una muestra de semen en el cuerpo de la víctima y un vello púbico masculino localizado en el pantalón del pijama. “Se trataría de un coito ‘post mortem’ o con la víctima moribunda”. Esto ha llevado a los investigadores a relacionar este suceso con el ahora arrestado por matar a un niño de 9 años, ya que los hechos serían similares a la agresión sexual por la que Francisco Javier Almeida fue condenado hace dos décadas.
El marido de la mujer encontró el cadáver, por lo que fue detenido. Sin embargo, el juez señaló que las pruebas tenían “poca consistencia”, está en libertad condicional y ha entregado su ADN de forma voluntaria. Será esta prueba la que ahora pueda determinar si Almeida está relacionado con este presunto asesinato ocurrido hace más de 12 meses y que no había trascendido más allá del ámbito policial.
El 17 de agosto de 2023 se extinguía la condena que se le impuso a este hombre por el asesinato y agresión sexual a una joven agente inmobiliaria en Logroño en 1998, por el que fue condenado a 20 y 10 años de prisión, respectivamente. Con anterioridad, en 1993, fue condenado a 7 años de prisión por otro delito de agresión sexual.
