Tras el parón del primer trimestre del año, un periodo “complicado” para el comercio nacional de Rioja, llegó junio dibujando un punto de inflexión en los niveles de ventas. Al tiempo que la actividad enoturística ha repuntado en el segundo verano del COVID, el consumo también recorre esa curva ascendente. “La evolución es favorable, se podría hablar de una progresión adecuada”, señala el director general del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, José Luis Lapuente.
Entre enero y julio Rioja ha logrado vender 144 millones de litros de vino. Esto supone un 5,62 por ciento más que en el mismo periodo respecto a 2020. “Pero cabe puntualizar que ese crecimiento es dispar, ya que de ese seis por ciento aproximado, un tres por ciento corresponde a las ventas nacionales y un nueve al comercio exterior”, señala. La exportación, por tanto, sigue tirando del carro de las ventas del vino de Rioja.
“El mercado internacional, sin embargo, ha ido evolucionando positivamente prácticamente desde el comienzo del año con cifras optimistas, sobre todo Reino Unido y Estados Unidos, mientras que Rusia, China y México muestran un balance favorable este año. El comportamiento del mercado exterior, por tanto, es bueno, y muy bueno si hablamos en términos de valor, porque ese nueve por ciento prácticamente se duplica”, destaca. Lapuente se refiere a esas ventas que han dejado cifras muy positivas superando el 16 por ciento el valor que se obtuvo de las ventas en los siete primeros meses de 2020.
De vuelta al escenario nacional, cabe recordar que el 60 por ciento de la comercialización de Rioja se queda en la hostelería, al menos en 2019. “El propio diseño de los mercados hace que tenga más peso la distribución del ‘off trade’, lo que se conoce como el canal de alimentación. Cualquier mercado tiene un menor peso de la hostelería de la que hay en España, por eso nuestra realidad no es igual a la de otros mercados, porque las restricciones que ha habido en estos sectores nos han hecho más daño aquí que en mercados internacionales”, añade.
Por esa razón también la comercialización de Rioja ha seguido una tendencia ascendente aunque a paso lento, “porque la exportación no ha supuesto una línea quebrada como sí el comercio nacional y porque nuestro producto sigue siendo uno competitivo y apreciable”.
Aunque las cifras son positivas, también “son mejorables”. Lapuente fija la vista en el final de este año: “En 2020 se vendieron 234 millones de litros de vino, frente a los 252 millones de 2019. La hoja de ruta trazada pretendía culminar en cifras de 2019 en este 2021. Es decir, superar ese diente de sierra. Eso supondría estar acabando el año con un crecimiento cercano al ocho por ciento, por lo que todavía nos queda recorrido para alcanzar esa meta”.
A la vez que lanza un mensaje de esperanza en lo que respecta a la recuperación, el director general del Consejo recuerda que “todavía hay que curar muchas heridas para llegar a la situación prepandemia, ya que la quinta ola también ha fraguado muchas esperanzas de recuperar cierto ritmo inicial.
De la misma forma que no se puede aventurar cuántos kilos de uva se recogerán este año al concluir las vendimias, tampoco se sabe cuándo se alcanzarán esas cifras de recuperación y los 252 millones de litros de vino comercializados durante 2019. “Tampoco podíamos adivinar lo que se nos venía encima después de Navidades, de ahí que comenzáramos el año titubeando. Ahora, si tenemos que fijar cualquier proyección, todo está muy entre alfileres porque hay una serie de condicionantes que te hacen estar muy alerta en situaciones en las que antes no lo habrías estado”, apunta.
Aunque las bodegas de la DOCa Rioja hayan apreciado “cierto alivio” durante estos últimos meses gracias al repunte de la actividad enoturística y por tanto de las ventas, “el mercado todavía está al ralentí y no se puede proyectar o estimar cómo despediremos este año”.
En voz del operador
El director general del Consejo Regulador de la Denominación ha querido plasmar otra perspectiva del crecimiento que Rioja está experimentando: “Los números dicen una cosa, pero quería saber cuál es exacatamente el sentimiento de los operadores, sus expectativas de recuperación para el segundo semestre del año, por eso he elaborado una especie de encuesta o sondeo donde reflejar todo esto”.
Pensando en los mercados exteriores, Lapuente habla de un “relativo optimismo” entre los operadores si no se producen circunstancias que tercien la situación, pero el cual se ha de tomar “con cautela” porque todo puede cambiar de la noche a la mañana. “Ya lo hemos visto antes, no solo con la pandemia, sino también con la situación de los aranceles o demás alteraciones políticas. Creo que estamos en una situación de mayor fragilidad o debilidad con todos los equilibrios geopolíticos y sociológicos que hay”.
