La Rioja

Castroviejo, la librería logroñesa que huye de “lo típico”

La librería Castroviejo es una de esas dedicada a los grandes lectores de toda la vida, a aquellas personas que pueden llegar a leer más de 50 libros en un solo año. En diciembre se cumplirán veinte años del día de la primera apertura, desde entonces Jesús Alonso Castroviejo ha estado al mando del establecimiento.

Los clásicos literarios siempre son un éxito de ventas, no saben cuántos ‘Orgullo y Prejuicio¡ han llegado a vender en este tiempo. Libros como ‘La Ilíada’ o ‘La Odisea’ “siempre se venden bien”, pero no hay un libro en concreto que destaque sobre el resto.

“Podemos estar vendiendo muy bien durante tres años un mismo libro, pero luego se agota y desaparece. Es difícil mantener mucho tiempo la venta de una misma obra a no ser que sea un clásico”, comenta Pablo Sáez, librero del establecimiento. Aunque no tengan cientos de ejemplares de un mismo título, a lo largo de este año ‘Junco’ (Irene Vallejo) y ‘Sueño del pabellón rojo’ (Cao Xueqin) han sido muy recurrentes.

No se dedican a vender los ‘best sellers’, porque para eso ya están las grandes cadenas de librerías con las que, asegura Pablo Sáez, “no se puede competir”. Por ello tienen un “fondo” muy grande e intentan tener una gran variedad de obras. Buscan no vender “lo típico” y valorar si los más vendidos son “realmente buenos”.

“Siempre hemos querido tener aquellos ejemplares menos comerciales, que no tienen una venta muy rápida. Tenemos libros que han tenido ya un largo recorrido y que sean buenos de verdad”, comenta.

Durante el verano las ventas están cayendo, pero porque la gente lectora se ha ido de vacaciones. Desde Castroviejo saben que esa gente va a volver en septiembre con las mismas ganas que antes para descubrir y disfrutar de un buen libro.

Ha surgido un gran aumento de interés en los libros sobre ‘yokais’ y no saben muy bien “a qué se debe”. Consideran que no ha habido un libro del verano que se haya vendido mejor que el resto, pero libros como ‘El canto de las montañas’ (Nguyen Phan Que Mai) o ‘Las mil y una noches: contar o morir’ se han vendido muy bien durante estos últimos meses.

La clientela habitual que pasa gran parte de su día “rebuscando hasta encontrar lo que quieren” suele ser a partir de 45 años, no hay gran diferencia entre hombres y mujeres, pero Sáez afirma que las mujeres leen mucho, sobre todo las más jóvenes. “La gente muy lectora viene cada semana a por un libro nuevo o cada mes a por cinco diferentes, la media entre esas personas es de leer un libro a la semana”.

Suelen acudir a la librería personas con un alto nivel de lectura, que saben muy bien qué es lo que se ha publicado durante el año y qué es lo que están buscando en ese momento. Tienen en mente un libro en concreto o simplemente indagan en las estanterías hasta dar con “el libro correcto”.

Pero, ¿qué pasa si no sabes qué libro elegir? Los trabajadores de la Librería Castroviejo se asegurarán de saber tus intereses y cuál ha sido el último libro que has leído, a partir de ahí tratarán de buscar un ejemplar que encaje con tus gustos. Sáez no trata de “vender un libro porque sí” y es por ello por lo que pregunta primero antes de aconsejar algo.

Siempre hay libros que gustan a un gran porcentaje de la población, aunque puede que no sea el tuyo. ‘Drácula’, de Bram Stoker, suele ser “siempre una buena opción” y porque no pasa de moda a lo largo del tiempo, pero si buscas algo “más cortito y ameno” puede que ‘Agujero’ (Hiroko Oyamada) te encaje, aunque “no es un libro para cualquiera”.

El auge de los libros electrónicos no es una amenaza, porque “los lectores de verdad” siempre van a preferir el papel. Sáenz entiende su funcionalidad, porque puede ser cómodo para viajar o si tienes problemas de vista, “pero no es porque sea más barato que leer en papel ya que hay bibliotecas, tiendas de segunda mano o incluso amigos que te presten los libros”. Tener muchos libros descargados no te hace un lector, o así lo ve él.

Aunque no suelan vender libros de segunda mano, tratan de conseguir alguno guardado que esté descatalogado y que sea interesante sabiendo que algún cliente en concreto va a querer leerlo o, si no, tratar de conseguirlo por todos los medios.

Por otro lado, los libros ilustrados “siempre se han vendido bien” y tienen una sección de arte en el piso de arriba. “Ahora se hacen muchos más libros ilustrados que antes y son algo muy recurrente porque son más bonitos”, puntualiza Sáez. Muchos de sus libros infantiles que tienen son “más por las ilustraciones que por la historia”. Además, cuentan con una gran variedad de ensayos y libros sobre ciencia, filosofía y mitología.

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