TRIBUNA

‘Un verano en Cidamón, 230 años atrás’

FOTOS: David Antón Elías.

El ‘Estado de Cidamón’ no fue un Reino efímero, ni una república independiente, ni tan siquiera un cantón secesionista. Es como así se conoce a una de las tantas posesiones de Don Miguel Damián Manso de Zúñiga y Villarreal, séptimo Conde de Hervías y Vizconde de Negueruela, Señor de los Estados de Cidamón y Montalvo, y de las Villas de Castañares de las Cuevas, San Prudencio, Ribabellosa, Azofra, Alesanco, Canillas, Cañas y San Torcuato… casi nada.

Como hijo primogénito, don Miguel recibió todo esto en herencia en 1766, a la muerte de su padre Don Iñigo Isidro. Desde entonces, con 35 años y hasta su muerte explotó y defendió estas posesiones desde su Casa-Palacio situada en el Barrio Viejo de Santo Domingo de La Calzada.

En este contexto de tutela y defensa patrimonial se sitúa la participación del VII Conde de Hervías en la Sociedad de Cosecheros de La Rioja. Don Miguel Damián se ocupa de todas sus numerosas posesiones rústicas, pecuarias y urbanas repartidas por La Rioja. Pero sobre todo se dedica a ser “dueño y señor absoluto y solariego”, de los Estados de Cidamón y la Casa y Torre de Montalvo, los dos espacios riojanos emblemáticos de finales del XVIII relacionados con la emancipación político-administrativa de La Rioja y de la que ya hablamos en capítulos anteriores: Torremontalbo 1920.

“El Estado de Cidamón” o “La Granja”, tal como fue llamada después por Govantes en su Diccionario (1846) sobre La Rioja- se conforma, a mediados del XVIII, en torno a dos espacios claramente definidos: el residencial de abolengo aristocrático y el agropecuario. La zona residencial es explicada así en el Memorial preparado por el sexto Conde para las anotaciones del Catastro de la Ensenada: “Una Casa Palacio Principal, dos torres en los extremos, una plazuela enfrente, un corral sereno contiguo a ella de cuatro celemines de tierra…”.

En el lugar donde se alza el actual palacio se construyó en el siglo XV un convento franciscano. De este edificio nos queda la iglesia, que más tarde se convirtió en la capilla privada de los condes de Hervías, en buen estado de conservación.

El palacio, por su parte… “se encuentra en un estado de ruina total y amenaza con desplomarse. Buena parte de la fachada ya se ha venido abajo y la parte que no lo ha hecho presenta unas enormes barrigas que auguran su futuro desplome”, así nos lo describe Hispania Nostra.

Aquí, en alguno de los salones de una de las dos plantas del Palacio, confraternizaron en el verano de 1791 los Apoderados de los pueblos de La Rioja Castellana que llegaron a la que era ya la quinta Junta de Cosecheros de La Rioja Castellana.

Sigue relatando Govantes “que en el conjunto de la granja se trabajan tierras de sembradura para grano, pero también tienen plantadas de viñas con una alameda con huerta adjunta para legumbres alimentada por una fuente y poza”, hoy en día siguen existiendo las dos: la primera con un dintel de piedra fechado en 1796.

El resto del espacio del “Estado” de Cidamón agrupa el total de la jurisdicción de este pueblo y un par de “sogas” del término comunero (integrado por 14 lugares) de Valpierre. Entre ambos suman algo más de mil fanegas: 804 “privativas” de Cidamón y 266 del “término comunero”.

En definitiva, y a las puertas del bicentenario de la creación de la Provincia de Logroño (enero de 1822), hecho que recogerá en libro el historiador Paco Bermejo, el Palacio de Cidamón, lugar que albergó otro de los “hitos” del nacer del provincialismo riojano, está en su ocaso particular.

Fuentes y más información:

  • ‘Diccionario geográfico-histórico de España’. Casimiro de Govantes.
  • ‘Hacia la provincia de Logroño, el Conde de Hervías’: www.bermemar.com
  • Hispania Nostra: Lista roja de patrimonio, ficha de La Rioja’.
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