Grupo Rioja acaba de cumplir con la acreditación de su representatividad, conforme a los estatutos en vigor, que fijan los votos en la interprofesional y el Consejo Regulador. La asociación se muestra muy satisfecha de que, gracias a las bodegas que le han dado su confianza, reafirma su fortaleza tras incrementar su número de apoyos y el valor de comercialización en un 9,1 por ciento.
Esto eleva su representatividad en más de medio punto, alcanzando el 78,46 por ciento de la rama comercial y 78 votos. Una representación muy destacada dentro de un proceso histórico, ya que ha participado el 96,1 por ciento del valor de la comercialización de Rioja, demostrando la solidez y la consolidación del actual modelo de representación.
Este resultado tiene mayor relevancia al haberse producido en un contexto de descenso en el volumen de la comercialización en 2018, 2019 y, especialmente, en 2020 por los cierres de la hostelería. A esto hay que sumar una menor concentración de las ventas respecto al periodo anterior, ya que, según los datos por tamaño de bodega que publica el Consejo Regulador, durante los últimos cuatro años las bodegas más pequeñas han incrementado su porcentaje de participación en las ventas, mientras que las de mayor tamaño la han reducido.
Para la asociación bodeguera, el resultado es fruto del trabajo realizado durante cuatro años muy complicados, ya que la legislatura comenzó con la helada que en 2017 afectó gravemente al viñedo y finaliza con la pandemia del Covid-19. La agrupación ha sumado nuevas firmas durante los últimos años, gracias a su capacidad de promover iniciativas que permiten a Rioja mejorar, avanzar y afianzar su liderazgo en los mercados. En este sentido, se distingue por su vocación de encontrar soluciones a los problemas, huyendo de confrontaciones estériles e incrementando día a día el valor de sus vinos.
La importancia que tiene Grupo Rioja en los órganos de gestión de la Denominación de Origen es proporcional, no sólo al valor de comercialización que acreditan sus bodegas sino también a su histórica trayectoria por el gran peso social que representa. Sus bodegas compran uva a más de 11.500 viticultores y emplean a más de 3.000 personas en la región vitivinícola, lo que significa que constituyen la base real en la que se asienta el tejido socioeconómico de la DOCa Rioja. Su influencia y liderazgo son esenciales en el mantenimiento de población en el medio rural.
Grupo Rioja seguirá empleando su fortaleza en trabajar con responsabilidad por la Denominación de Origen, buscando incrementar su valor y prestigio como ha hecho durante sus más de 50 años de historia y como lo hacen sus bodegas asociadas, muchas de ellas centenarias y fundadoras de la DOCa Rioja. Cabe recordar que dentro de Grupo Rioja se integran todo tipo de modelos de negocio y tamaño de bodegas, la práctica totalidad de carácter familiar, que se caracterizan por un espíritu exportador que ha sido clave en el reconocimiento internacional de la marca Rioja.
Por todo ello, Grupo Rioja rechaza las críticas de alguna organización minoritaria sobre el sistema de representatividad, en primer lugar, porque la Ley determina que las interprofesionales deben acreditarse en función de criterios económicos. Además, lo que distingue a Rioja respecto de otras zonas es que exige reunir un 75 por ciento de votos para la toma de decisiones, lo que implica que los acuerdos se toman por un elevadísimo consenso y de gran solidez. Este sistema otorga mayor peso a las asociaciones de menor tamaño que en cualquier otro organismo de estas características.
A Grupo Rioja le resulta incoherente que se describa el sistema como “injusto” cuando las actuales normas de representatividad fueron aprobadas en 2014 con un apoyo cercano al 90 por ciento, incluyendo el voto afirmativo de la asociación de bodegas que ahora las critica.
La asociación nunca se ha negado a estudiar la modificación del sistema de representatividad, incorporando factores correctores como puede ser el número de viticultores al que compra uva cada bodega, el número de trabajadores que emplea, la notoriedad de las marcas comerciales o la antigüedad de las bodegas. En este último caso, parece sensato contemplar que tengan mayor representación las bodegas que fundaron la Denominación o que comenzaron con la exportación de vinos embotellados, en tanto que han sido los creadores de la marca ‘Rioja’ en el mundo.
Ahora bien, esta modificación debería ser aprobada por una mayoría, no sólo del 75 por ciento que marcan los estatutos sino por un grado de consenso igual o superior al que aglutinaron las actuales normas.
Si finalmente no se alcanza un acuerdo y alguna asociación abandona los órganos de gestión de la DOCa, Grupo Rioja respetará su decisión, como no puede ser de otra manera, aunque lamente la noticia.
La Interprofesional se creó entre todas las asociaciones precisamente para que estuvieran todas, y este hito en la historia de Rioja es el espíritu a preservar por parte de Grupo Rioja.
