Pasar por la calle Eras de Calahorra se ha convertido estos días en un autentico espectáculo. El avance de las obras de una de las principales vías de acceso al casco antiguo de la ciudad ha sacado a la luz nuevos hallazgos arqueológicos.
Se esperaba que esto fuese así desde que comenzaron las obras o, al menos, José Luis Cinca, de ‘Amigos de la Historia’, ya lo había advertido. Contaba con evidencias claras de obras realizadas con anterioridad, pero nada parecido a lo encontrado en esta actuación.
Desde hace unas semanas, la empresa ArqueoRioja, encargada del seguimiento arqueológico de esta obra, esta llevando a cabo una actuación delicada, cuyo objetivo es tener un mayor conocimiento sobre el pasado de la ciudad y conocer en profundidad estos restos que, con toda probabilidad, pertenecen a unas antiguas termas de la época romana.
Entre 1997 y 1998 se realizaron canalizaciones para la renovación del saneamiento de la calle Eras y en los trabajos de excavación ya aparecieron restos de los muros que estos días se han vuelto a descubrir. En esta ocasión, a diferencia de entonces, sí se está realizando un estudio completo de los restos, que permitirá comprender mejor el conjunto de los vestigios termales que había en esta zona, así como su cronología y su función.
Ahora la duda es qué pasará con estos restos. Por su ubicación, justo en un cruce con mucho tráfico rodado, lo más probable es que después de estudiarlos y catalogarls vuelvan a taparse, si bien la decisión aún no está tomada. “El siguiente paso será la elaboración de la información obtenida, el planteamiento de las posibilidades de actuación y la toma de decisiones”, explican desde el Consistorio calagurritano.
“Es el mismo proceso que estamos realizando cada vez, puesto que el objetivo es tener un buen conocimiento técnico de los restos que van apareciendo”, detallan. Todo pasa por dar tiempo a los técnicos para realizar un estudio completo y detallado y, con sus propuestas, tomar decisiones con el criterio de la conservación como primer objetivo, pero siempre de acuerdo a las posibilidades reales que planteen los técnicos.
De momento, merece la pena pasarse estos días por la calle para poder contemplar la maravillosa obra de la ingeniería romana que se abre paso más veinte siglos después de su construcción.
