Los riojanos más presumidos se van a llevar un buen chasco cuando cojan su coche para celebrar el Viernes Santo lejos de casa. Al menos, aquellos cuyos vehículos ‘duermen’ en la calle. Porque el chaparrón que ha caído la pasada madrugada en varios puntos de la región traía sorpresa.
No ha sido gran cosa en cuanto a precipitación acumulada. Vamos, que el Ebro no corre riesgo de desbordarse. La sorpresa radica en su ‘aliño’: este Viernes Santo ha llovido barro en La Rioja. No ha sido sino la consecuencia de la calima que ha cubierto la comunidad en las últimas jornadas: una inmensa nube de polvo procedente del Sáhara ha cruzado la península de sur a norte durante toda la Semana Santa y las precipitaciones han concentrado las partículas de polvo en suspensión, llevándolas a tierra.
Si has sido de esas personas que lavaron el coche ayer, lo lamentamos profundamente. Si preveías que pudiera llover y has intentado que el Astro te lavara el coche, lo sentimos aún más.
