El Rioja

La esencia de ‘El Brujo’ vuelve a descorcharse 106 años después

La esencia de ‘El Brujo’ vuelve a descorcharse 106 años después

María Larrea y Ezequiel García, 'El Brujo'. Foto: Jordi Adriá.

La historia de Bodegas CVNE vuelve a desempolvarse 106 años después. De aquella marca que en 1915 revolucionó el mercado vinícola por ser la primera registrada para los vinos blancos en España, el Monopole llega ahora en su máxima expresión de la mano de una viura envejecida, fresca y compleja. Apenas 780 botellas, y alguna más de litro y medio y tres litros, que ya tienen compradores adjudicados, aunque habrá que esperar a diciembre de este año para poder descorcharlas.

La presentación del Monopole Blanco Gran Reserva, de la añada de 2014, no ha sido solo un relanzamiento del histórico vino blanco que creó CVNE hace más de un siglo, “sino también un relanzamiento del vino blanco de Rioja, que durante años estuvo de infravalorado”, destaca la enóloga de la bodega, María Larrea. Motivo por el cual el tradicional Monopole dejó de elaborarse a comienzos de los 80 ante la demanda de un vino con más fruta y sin madera.

Pero donde hubo llamas quedan cenizas, y en CVNE quieren recuperar esa identidad a través de un concepto diferente de entender la viura. “Es una vuelta a los orígenes, a las enseñanzas de quien fuera nuestro antiguo enólogo desde finales de los años 50 hasta comienzos de los 70 y que vio la oportunidad de crear algo que haría historia. Una forma, además, de sortear los vaivenes de las modas actuales”, apunta Larrea.

Esa reconocida figura fue Ezequiel García o ‘El Brujo’, apodo concedido por su espíritu innovador basado en la intuición y el saber adelantarse a las tendencias vinícolas. Él fue quien aunó en los años 60 la tradición de la manzanilla de Jerez y el Monopole de Rioja en una misma botella. El resultado, un blanco equilibrado y fresco de gran complejidad y capacidad para larga guarda. Con una tonalidad ligeramente dorada y aromas dulzones a mermelada y corteza de naranja. Con toques a frutos secos consecuencia del envejecimiento, y a miel y pastelería por el contacto con las lías. Nacía así un nuevo Monopole en la familia CVNE.

Antiguo anuncio de Monopole.

Cuarenta años después, ese genio de visión vanguardista regresó a la bodega para desempolvar la joya que lo había elevado al éxito. Con 84 años, Ezequiel acompañó a María en las instrucciones más precisas para recuperar esa elaboración única, esta vez sin la presencia de la manzanilla, y lanzar en 2015 el Monopole Clásico como homenaje a las botellas que el antiguo enólogo daba forma allá y con una recreación fiel cumpliendo con el centenario del lanzamiento de la primera marca de vino blanco.

“Cuando un día decidimos descorchar una de esas botellas de blanco que ocupaban esparcidas nuestro histórico, una vinoteca que alberga todas las cosechas, comprobamos que aquel Monopole del 79 tenía algo especial. Era limpio y brillante, con unos aromas que eran una joya. Había mantenido perfectamente la frescura, el volumen y unos matices completos. Eso fue justo lo que nos animó a emprender este viaje”, recuerda la enóloga, puntualizando que la viura es una variedad muy versátil capaz de envejecer muy bien si se trata adecuadamente.

“No quisimos alterar ningún paso, sino trasladar las peculiaridades del Monopole de Ezequiel a la realidad, trabajando su envejecimiento en las tradicionales botas de San Lúcar de Jerez y también con barricas viejas, sin clarificarlo, porque la larga crianza en barrica estabiliza y limpia el vino de manera natural”. Afortunadamente, ‘El Brujo’ tuvo la oportunidad de ver en el mercado el nuevo Monopole Clásico, aunque ya no llegó a su segunda añada. Solo era el primer paso para alcanzar la cúspide en el tratamiento más selecto de la viura que apenas seis años después vería la luz.

En la viña ‘La Plana’, una pequeña parcela de escasa producción, el aire azota con fuerza las cepas y el suelo arcillo calcáreo característicos de la zona de Rioja Alta. De ahí nace esta joya de la corona. El nombre de Monopole hace referencia a un vino procedente de una única parcela y en el caso de Monopole Blanco Gran Reserva, hay que colocarse a las faldas de los Montes Obarenses, en el término de Villalba de Rioja, para conocer las condiciones orográficas y meteorológicas que determinan el devenir de este vino.

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