La Guardia Civil ha dado por finalizada la denominada “Operación Miravilla”. Esta ha concluido, dieciocho meses después, con la detención del tercer implicado en una tentativa de homicidio acaecida el 18 de julio de 2019 en el camino “La Solana” de Villamediana. Se trata de un joven de 21 años, localizado y detenido en la localidad de Miranda de Ebro (Burgos).
Los agentes hallaron a un hombre tendido en el suelo que presentaba múltiples golpes en su cuerpo y diversas heridas producidas por apuñalamiento. Una de ellas con abundante sangrado en la cara interna del muslo a la altura de la femoral y otra en el abdomen. Por ello, procedieron al taponamiento de las heridas con el material sanitario que portaban hasta la llegada de los servicios médicos que lo evacuaron al Hospital San Pedro de Logroño. Allí fue intervenido quirúrgicamente.
A los seis días de este grave suceso, agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil en Logroño detuvieron a dos de los presuntos autores de la agresión. Una mujer y un varón de 25 y 26 años, de nacionalidad española y vecinos de Logroño y Miranda. Ambas personas, tras ser puestas a disposición judicial ingresaron en prisión, donde continúan a fecha de hoy.
Detención del tercer implicado
Durante más de 18 meses, la Guardia Civil en La Rioja ha mantenido un equipo con el único objetivo de localizar y detener al tercer autor. Una vez trasladado a dependencias oficiales de la Guardia Civil, se acogió a su derecho de no prestar declaración. Por ello fue puesto a disposición de la autoridad judicial.
El día de los hechos, la víctima quedó con la mujer detenida mediante la aplicación “Whatsapp”. Tenían que solucionar varios temas que tenían pendientes. Una vez que la víctima acudió al lugar de la cita, se montó en el vehículo de la detenida y ambos decidieron desplazarse a la zona del mirador de Villamediana de Iregua. ¿La intención? Hablar y consumir sustancias estupefacientes.
Cuando estacionaron el vehículo y descendieron del mismo, la víctima se percató de que otras dos personas salían del interior del maletero. Estas portaban un bate de béisbol y una navaja, momento en el que comenzó la brutal agresión.
