Dice el refrán que cuando cae la noche todos los gatos se vuelven pardos. Sería, en todo caso, antes de que el ‘nuevo’ Puente de Piedra se propusiera lucir de noche tanto como de día. Porque si a un minino le da por navegar bajo sus arcos ya sabemos que será un gato multicolor, pero si pasea sobre su plataforma también se topará con otro de los cambios más apreciables en la infraestructura tras su restauración.
Los técnicos municipales han llevado a cabo este miércoles una de las últimas pruebas antes de que el puente vuelva a abrirse al paso el próximo viernes. Hoy ha tocado ‘chequear’ que las farolas de la plataforma funcionan perfectamente, lo que nos ha permitido echar un vistazo a cómo quedará uno de los elementos más icónicos de la ciudad.
La mediana que separaba los dos carriles para los coches ya es historia y las aceras se han ensanchado un poco más para favorecer el tránsito peatonal, con bolardos que protegen a los transeúntes del tráfico rodado. Además, las nuevas luminarias dejan atrás su añejo color caramelo para iluminar el puente con tonos blancos.
