Concluida la primera etapa del programa de vacunación contra el coronavirus en La Rioja, el 85 por ciento de los trabajadores de residencias de personas mayores han recibido la primera dosis del fármaco de Pfizer contra el COVID-19. Dicho de otro modo, uno de cada seis trabajadores han declinado recibir la vacuna.
La directora general de Dependencia, María Somalo, ha explicado que de entre el total de empleados sin vacunar “hay un gran porcentaje que presenta contraindicaciones al fármaco por sus circunstancias, bien por tratarse de mujeres embarazadas, bien por problemas específicos de salud”.
Somalo ha detallado que “no es posible conocer al detalle los motivos argumentados para no recibir la vacuna, ya que el proceso no exige que los justifiquen”. Consultada sobre la compatibilidad de atender a los residentes sin la protección contra el virus que aporta el fármaco, la directora general ha admitido que “no es el escenario más recomendable”.
“Desde el momento en que la vacuna no es obligatoria, deja de ser incompatible no estar vacunado y trabajar en centros de atención sociosanitaria”, ha señalado María Somalo, valorando que “esta es una cuestión relativamente novedosa, en la que entran en colisión varios derechos fundamentales y serán los tribunales los que tengan que aportar las respuestas”.
Por su parte, el consejero de Servicios Sociales, Pablo Rubio, ha destacado que “el índice de rechazo es inferior al que se daba en las primeras jornadas del proceso”, cuando uno de cada cinco trabajadores de las residencias riojanas se opuso a recibir la vacuna.
Rubio ha celebrado que “estamos completando de forma rápida el proceso de primera vacunación en la población residente”, pero ha advertido de que “aunque se haya vacunado a los trabajadores y residentes no significa que no haya preocupación”. El consejero ha rogado “máxima cautela en las próximas semanas”, ya que “en otras comunidades se han producido contagios en los residencias durante los primeros días de vacunación”.
