El Rioja

Una vendimia singular

Pues ya estaría. La cosecha de NueveCuatroUno ya está otro año en nuestra particular bodega. Será la tercera tras 2018 y 2019. A falta de su crianza en imprenta y descanso en revista, la calificación apunta nuevamente a “excelente” aunque no haya parámetros técnicos que lo avalen. Al igual que ocurre con los vinos que se desgranan en sus textos, todo es cuestión de subjetividad. Y sobre gustos, ya se sabe. Los colores. Tantos como estas semanas inundan el mar de viñas de la tierra con nombre de vino.

Desde Badarán y los varietales más arriesgados de Pilar Martínez, cogiendo el desvío hacia Baños de Río Tobía para visitar a Juan Carlos Sancha, un imprescindible en tema de vinos, y conocer su viñedo singular Cerro la Isa. Así comenzaba una nueva edición de Diario de Vendimia con Leire Díez como enviada especial al momento más apasionante para el campo riojano. Botas listas. Cuaderno en blanco. Tinta por gastar. Tinto por hacer. Y blancos. Y rosados. Y claretes.

Después se uniría la artesanía y el valor familiar de Bodegas Lecea en sus calados del siglo XVI, así como la riqueza del terruño más rudo de Ortega Ezquerro, que honra a Tudelilla como zona vitícola tradicional. Sin olvidar tampoco a quienes ponen sus manos sobre el corquete y agachan el riñón jornada tras jornada, esos nómadas de vendimias sin los cuales Rioja no sería del todo Rioja.

Y así, sorteando términos entre Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental conoces que hay sentimientos tan fuertes como la amistad que todo lo pueden para poner en marcha un proyecto que deja huella, como el singular trío de Sínodo. Porque no siempre hace falta tener un nombre y apellido reconocido dentro y fuera de las fronteras para hacerte un hueco en este mundo de la vinificación. Aunque con el paso del tiempo, los reconocimientos siempre llegan, y sino que se lo digan a la enóloga María Vargas después de 25 años en Marqués de Murrieta. Y todavía tiene decenas de planes por cumplir.

Porque la historia está ahí, buena cuenta dan de ella las voces de la experiencia desde Alcanadre que vivieron vendimias eternas de comportillos y lagos. Personajes y protagonistas de esta tercera edición de Diario de Vendimia como Sara Arambarri, Miguel Ángel Rodríguez, Miguel Merino, Carlos Piserra, Carmen Pérez, Vitorino Eguren, Vanesa Pérez, Vanesa Insausti, María Moreno, Amador y Jose Mari Escudero, Gabriel Pérez, Richi Arambarri, Javier Gutiérrez, Julio Sáenz… y tantos y tantos otros que han tenido a bien abrirnos las puertas de sus casas.

Todos sabemos que la vendimia 2020 ha venido temprana. Para unos más que para otros, aunque se acabó eso de “para el Pilar todos a vendimiar”. Ahora casi se cierra la cosecha para mediados de octubre, aunque ha llegado con unos ciclos de maduración adecuados para obtener una “cosecha excelente”, cualitativamente hablando. Porque para hablar de producciones hay que ser más concretos. En unas zonas el mildiu, en otras el granizo y en otras la sobreproducción (esta vez la botrytis ha pasado rozando) han marcado el devenir de una cosecha desigual.

Así, mientras unos viticultores hablaban de unos rendimientos acordes a los amparados este año por el Consejo Regulador, otros tenían que regresar a la viña para hacer una ‘vendimia’ tardía que dejaría el fruto excedente en el suelo. “La vendimia de las sorpresas”, la califican algunos. Y no les sobra razón. Sorpresa por el estado sanitario de las bayas a pesar de su gran esfuerzo para combatir las enfermedades (con la ayuda de los tratamientos, claro está); sorpresa por unos análisis que avecinan unos vinos “buenísimos”, y sobre todo sorpresa por haberse desarrollado sin apenas incidencia del COVID-19. La vendimia de las mascarillas se despide dejando un buen sabor de boca.

Haciendo nuestro propio balance, el otro día le preguntaba a Leire qué era lo que más le había sorprendido en su estreno como enviada especial a la viña. Inexperta, principiante, novata… un estreno (ella dice algo de un “reto”) en la tercera edición de Diario de Vendimia para aspirar a nuestro particular “viñedo singular”. El tema principal no le era ajeno, pero sí todos los entresijos que esconde el mundo de la vitivinicultura. “De campo ando más fina, pero si tenemos que hablar de fermentaciones alcohólicas y malolácticas, de ‘coupage’ o de varietales con luz propia, la balanza cambia”.

Tras mancharse de barro las botas durante semanas en toda la región, dice que le sorprende, “sin lugar a dudas”, adentrarse en una telaraña infinita de bodegas, cooperativas, viticultores y elaboradores independientes que alberga esta tierra con olor a vino. “Cada zona, con sus viñedos sobre suelos pedregosos o arenosos, en altura o con la ribera como acompañante, centenarios o no tan viejos; cada zona y sus gentes, con sus experiencias, su esfuerzo y sus sueños que un día se hicieron realidad”.

“He perdido la cuenta de los kilómetros que he recorrido sobre carreteras riojanas y alavesas. Eso es buena señal”. ¿Y qué es lo mejor de haber podido participar en esta revista? “Conocer y aprender de cada tierra y cada persona que transmite su pasión y profesión con tal ilusión que no te deja indiferente. Ya espero ansiosa la llegada de la vendimia 2021”.

Hasta entonces, nos seguimos leyendo. Buena cosecha.

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