Hay preocupación en La Rioja con la pandemia de COVID-19. “La situación evoluciona de forma desfavorable”. Así de claro se ha mostrado este viernes el director general de Salud Pública, Consumo y Cuidados, Pello Latasa, quien ha señalado que en las últimas 24 horas se han producido casi trescientos nuevos positivos. “Eso significa que cada cinco minutos una persona en La Rioja es diagnosticada. Es una tasa de diagnóstico insostenible y tenemos que cortar las cadenas de transmisión”.
Con diecisiete fallecidos a lo largo de esta semana, Latasa ha insistido en cumplir con todas las medidas para frenar la expansión del virus. “La población mayor de 65 años está aumentando su incidencia. Esto significa que nuestros mayores están siendo más afectados por la enfermedad”. Por este motivo, ha explicado, se prolongaron hasta el 29 de noviembre las restricciones de movilidad para toda La Rioja, con especial incidencia en Logroño y Arnedo, así como el toque de queda a las 22 horas.
“Somos conscientes del esfuerzo que pedimos a la población y de que es difícil cambiar las costumbres. Ahora mismo debemos ser conscientes de lo que podemos aportar cada uno para el control. Es mucho lo que está en juego”, ha reiterado. Sobre la efectividad de restricciones como el cierre de la hostelería en la capital riojana, Latasa ha indicado que todavía necesitan más tiempo para analizar las cifras.
“Los datos de movilidad muestran una cierta reducción, tanto en Logroño como en el conjunto de la comunidad. Esperamos que se acompañe también e la reducción de la transmisión”, ha detallado el número 2 de Salud. En relación al lugar donde ocurren los contagios, ha especificado que una tercera parte ocurren en el ámbito domiciliario, pero que se debe tener en cuenta que allí llegan desde otro sitio y ahí es donde los rastreadores tienen dificultades.
“El sistema es especialmente sensible para detectar cadenas de transmisión cuando se conocen las personas, pero no en otros”, ha añadido, poniendo el acento en que los estudios dicen que las transmisiones ocurren en entornos de alto riesgo: espacios cerrados donde concurren muchas personas, no se lleva mascarilla y no están bien ventilados. ¿Se plantean aplicar nuevas restricciones? Sí, pero. “Las medidas se plantean en función de los datos epidemiológicos que tenemos encima de la mesa”.
“Si la situación no mejora, la próxima semana habrá que valorar y plantear nuevas medidas para continuar con la estrategia de mitigación de la enfermedad”, ha afirmado Latasa, reconociendo que los datos más preocupantes están en la presión asistencial y el posible “agotamiento” del sistema para atender a los pacientes tanto de patologías COVID como no COVID “con el nivel que se requiere”.
El otro talón de Aquiles de La Rioja con la pandemia estaría en la población más vulnerable. “El 21 por ciento tiene más de 65 años. La mejor manera de protegerles es reducir la incidencia de la comunidad. Lo mismo en residencias u otros lugares donde viven personas institucionalizadas”. Y es que la disponibilidad de plazas en la sanidad riojana es dinámica. “El hospital muestra un nivel de resiliencia que casi nadie esperaba”.
