La UD Logroñés ha ganado al Athletic Club (3-1), casi seis meses después de jugar su último partido en Las Gaunas, el pasado 8 de marzo frente al Amorebieta. Muy buenas sensaciones del cuadro riojano en su segundo choque de preparación. Aunque en estos encuentros el resultado es lo menos importante, sí se ha podido observar a un bloque sólido, capaz de aguantar el (bajo) ritmo impuesto por el Athletic y sin sufrir demasiado a nivel defensivo. Ilusionante imagen, al contrario que la de un estadio que deberá adaptarse mucho a Segunda en las dos semanas que quedan para el inicio de LaLiga Smartbank.
El técnico Sergio Rodríguez ha apostado por un once competitivo, con el debut de Álex Pérez y la ausencia de hombres como Ander Vitoria o Rubén Martínez, que luego han tenido su oportunidad. Miño bajo palos, defensa para Iñaki, Gorka, Álex Pérez y Sergio; centro del campo con Errasti, Petcoff y Olaetxea; ataque para Zelu, Ousama y David.
Fuente: Eduardo del Campo
En una tarde fría, encuentro algo desangelado durante muchos tramos en el Municipal. Quizá sea normal a estas alturas del año, quizá la ausencia de público en la gradas multiplicase esa sensación. En otras circunstancias, la presentación del recién ascendido a Segunda en casa y la visita de un mito del fútbol español hubieran congregado a miles de espectadores. Poco antes del descanso, una recuperación de Petcoff ha provocado una contra vertiginosa: balón a Olaetxea y tras varios recortes, éste cae derribado dentro del área. Pena máxima, ‘paradinha’ y gol de Zelu. 1-0 para los blanquirrojos en una primera parte positiva.
Celebrar un gol sin público es extraño, aunque los gritos de unos chavales en los aledaños han atenuado un poco esa sensación. El Logroñés ha aprovechado una versión muy floja de los vizcaínos, muy activos en los primeros minutos pero descafeinados después. Dos oportunidades para el joven Nico Serrano, alguna proyección de Lekue y otra tentativa de Íñigo Vicente. En los locales, han destacado Zelu y Petcoff. Perseverancia y garra a pares para el argentino, muy eficaz en la brega y el balón dividido. Poco más ha dado de sí el primer tiempo.
Foto: Eduardo del Campo
Tras el paso por vestuarios, diluvio sobre un césped en mal estado. Carrusel de cambios y los vascos han aumentado sus revoluciones. Los leones han avisado en varias ocasiones y Muniain ha colocado las tablas tras un rechace. Andy, Rubén Martínez, Olaetxea y Ander Vitoria han saltado como revulsivos. Sergio Rodríguez se ha tomado muy en serio este test, ya que el inicio de la temporada solamente está a dos semanas. Aun así, lo cierto es que el encuentro no ha sido ninguna maravilla. Toque aburrido por parte de los pupilos de Gaizka Garitano, sin dirección ni profundidad. Poco ritmo y menos ocasiones.
Para romper esa monotonía, Iñaki Sáenz le ha clavado un golazo estratosférico a Unai Simón. De falta directa, veinticinco metros de distancia, directo a la mismísima escuadra. Otra vez por delante los riojanos, ante un rival francamente decepcionante aun con Óscar de Marcos, Muniain y compañía (sí es cierto que estrellas como Iñaki Williams siguen en su domicilio debido al COVID). Y otra vez ha aparecido Iñaki, esta vez asistiendo a Andy para que éste marcase el tercero de cabeza. Anteriormente, Miño había sacado una gran manopla para evitar el empate de Kodro.
Foto: Eduardo del Campo
Últimos minutos y más oportunidades para los canteranos (Dulce, Lapeña, Viguera, Víctor Martínez, Antonio…). En líneas generales, gran actuación colectiva de un Logroñés que, sin demostrar grandes individualidades en la noche de hoy, ha logrado contener a un Athletic muy desdibujado. La próxima cita será ante el Sporting de Gijón (3 de septiembre), un rival ya de la misma categoría. A la espera de fichajes para completar los diecisiete futbolistas que hoy componen la plantilla, las sensaciones van por buen camino.
