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Barranco Perdido: la aventura paleontológica más mágica y real

No hace falta haber crecido en la década de los noventa, de la mano de Steven Spielberg y su ‘Jurassic Park’ para que todo lo relacionado con los dinosaurios despierte cierta curiosidad. El enorme, peligroso y letal Tyrannosaurus Rex, el Velociraptor, el Brontosaurio… ¿quién no ha tenido pesadillas alguna vez con estos animales o ha jugado a ser uno de ellos?

Y no hace falta viajar en el tiempo o a cualquier lugar remoto para conocer más en profundidad todo lo que rodeó a estos reptiles. La Rioja cuenta con más de 1.400 huellas de dinosaurios ubicadas en el término municipal de Enciso y el parque de paleoaventura ‘Barranco Perdido’ adentra a todos sus visitantes en el hábitat, la alimentación, la forma de vida, la caza y la auténtica naturaleza de los grandes saurios.

El coordinador del parque, Víctor Fernández, explica todas las rutas, actividades y servicios que ofrece este singular espacio donde hace más de 120 millones de años eran los dinosaurios quienes se divertían.

– ¿Qué puede encontrar el visitante en el ‘Barranco Perdido’?

– El parque ofrece un circuito de paleontología, otro de multiaventura, un museo y un sector acuático denominado ‘Playa cretácica’. Además, como novedad, hemos puesto en marcha actuaciones teatralizadas y visitas guiadas a los yacimientos.

El primer circuito, el de multiaventura, consta de puentes tibetanos, himalayas, diferentes niveles de retos, rocódromos, tirolinas -en la que destaca la súper tirolina de más de 200 metros de longitud- y toda la zona del tiro con arco. Además, actividades de yincana, que pueden ser guiadas o autosugestionadas por los propios visitantes que están en todo el entorno de la Colina Encantada. En ese sector se encuentran también los yacimientos vinculados al otro gran circuito del parque, el de paleontología.

– ¿En qué consiste ese itinerario?

– Esta zona recrea diferentes yacimientos nacidos en La Rioja para que el visitante, de la mano de un guía, pueda trabajar como un paleontólogo buscando huellas, identificándolas y después registrándolas en un escáner. Una dinámica de trabajo de campo que viene a durar unos 25 minutos y sigue en el Laboratorio del Tiempo, un espacio cerrado con unas mesas táctiles con juegos interactivos donde el visitante descarga toda la información que ha ido recabando y empieza una especie de ‘trivial’ paleontológico. Al final, si te registras, te mandamos el título de paleontólogo por un día a tu casa.

A esto se vincula, a través de una yincana en la Colina Encantada, varios juegos de paleontología, que es el siguiente gran circuito. Como experiencia, la complementamos con la playa que está asociada a cualquiera de los dos circuitos.

Asimismo, el parque tiene un museo cretácico que se puede visitar a través de grupos reducidos y de la mano de un guía con el que te desplazarás hasta un yacimiento próximo al parque, el Yacimiento de la Virgen del Campo. Allí, el orientador va dando información de las huellas, explicando a qué animales se corresponden y tratando de poner en valor esos rastros hallados. Además se pueden visitar réplicas de cocodrilos que se pudieron en marcha el pasado año. Esta opción de citas guiadas se llevan a cabo todos los días de la semana excepto los viernes, y se desarrollan en dos turnos, a las 11 y a las 13 horas.

– ¿Cuáles son las principales novedades del parque este verano?

– Estamos realizando unas actuaciones teatralizadas todos los fines de semana de la mano de unos actores que van recreando, mediante un pequeño musical, la despedida de todo el día en el parque. Es una actividad sobre todo para un público infantil familiar. Además, por primera vez en ‘Barranco Perdido’ hemos ampliado los horarios -principalmente los fines de semana- y los sábados desarrollamos la iniciativa Música en el Barranco. Todos los fines de semana de agosto y el primero de septiembre, diferentes festivales que no se han podido celebrar durante el año por la pandemia (Fardelej de Arnedo, Kalaguirris Rock, Moradillos Festival, Yerga Sound…) llegan al parque con pequeños conciertos de una hora de duración, entre las 21 y 22 horas, con la opción de quedarte a cenar en el parque.

-¿Es necesario ser amante de los dinosaurios para disfrutar del parque?

– No necesariamente. Sí que es el gran reclamo, porque es un mundo mágico pero a la vez real, y el hecho de que te guste la naturaleza -estamos ubicados en el alto del Valle del Cidacos, Reserva de la Biosfera- hace de la visita una experiencia inolvidable. ¿A quién no le gusta disfrutar de un espacio abierto rodeado de naturaleza y tradición? Además, el parque te permite entrar y salir sin ningún problema una vez sacada la entrada, para todos aquellos que también quieran visitar el municipio.

Por otra parte, el que haya un espacio acuático, singular y natural donde poder descansar, es otro atractivo añadido. Hay visitantes que prefieren quedarse en la ‘Playa’ mientras sus niños se divierten con las actividades. Si a eso le sumas el entono del mundo de los dinosaurios, es un aliciente más.

– ¿Es un lugar para niños o los adultos también se lo pueden pasar como tales?

– Nuestro objetivo es que todo el que llegue al parque disfrute. Las actividades están dimensionadas para todas las edades, desde los más pequeños (de 0 a 3 años, que no pagan entrada pero tienen un espacio especial tematizado para ellos) hasta los peques de 4 en adelante, que ya tienen actividades dirigidas. Los espacios de multiaventura no tienen edad y las visitas guiadas son una opción de ocio mucho más cómoda de paseo, aprendizaje y de conocimiento que también es apta para todo el espectro de edades.

-¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria en cuanto a visitas? ¿Se ha notado un cambio en el perfil del turista?

– Hemos querido normalizar la situación que, por supuesto, está condicionada al hecho de que hay que cumplir con una serie de normativas y protocolos. En ese sentido, el parque ha hecho un sobreesfuerzo para tratar de cumplir con todos los requisitos de seguridad para que la gente se sienta tranquila y a su vez disfruten.

Se ha notado mucho el incremento del turismo riojano. Hemos pasado de un 26 a un 31 por ciento. Tras ellos, los turistas del País Vasco y Navarra son los que más visitan el parque. Creemos que los riojanos han hecho un redescubrimiento de la región, y ‘Barranco Perdido’ ha sido una muy buena opción de ocio y diversión. El aumento de visitas ha sido progresivo. Comenzamos en julio con la apertura y la ‘normalidad’, manteniendo un aforo del 75 por ciento. En un principio estábamos a la mitad de capacidad, pero en los últimos días ya nos estamos acercando al setenta por ciento. No llegamos a las cifras de otros años, pero estamos satisfechos porque vemos que la gente cumple las normas, se sienten cómodas y pasan una jornada increíble.

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