Pocas personas habrá más felices que César Caneda (Vitoria, 10 de mayo de 1978). El alavés lo tiene claro: “Pongo este ascenso en lo más alto de mi carrera”. A sus 42 años, el ‘abuelo’ se plantea seguir y quiere jugar en Segunda: “Quiero disfrutar de la categoría, pero sea cual sea la decisión la respetaré”. El incombustible todavía no se rinde y quiere prolongar su gloriosa carrera.
Rubén Miño (18 de enero de 1989) ha sido uno de los héroes de la noche. El guardameta catalán ha parado tres penas máximas: “Cuando ha fallado Petcoff, he pensado que era mi momento. Estaba convencido de que paraba el último y así ha sido”. Al igual que Caneda, coloca el ascenso como lo mejor de su vida: “Lo coloco en el primer puesto. Conseguir un ascenso así, en una tanda de penaltis. Los porteros soñamos con ello y con un ascenso así le cambiamos la vida a mucha gente”.
En ese sentido, el guardameta ha estudiado muchos lanzamientos, pero cree que la ilusión ha sido el punto predominante. Además, valora la recuperación del conjunto riojano tras encajar el gol: “El equipo ha demostrado una entereza brutal. Empezar perdiendo un partido en el minuto 15 no es fácil pero el equipo ha creído. Todos estábamos convencidos de que tendríamos la oportunidad y al final se ha dado”.
