Tres personas han ingresado ese jueves en hospitales riojanos (dos en el Hospital San Pedro de Logroño y otro en la Fundación Hospital de Calahorra) con cuadros de COVID-19. Son, según ha confirmado la Consejería de Salud, casos que no guardan relación entre sí (lo que descarta la posibilidad de un brote vírico) y que ya habían sido diagnosticados en días anteriores mediante pruebas PCR.
Eso explica que los datos revelados por el Ministerio de Sanidad esta misma jornada no recojan ningún nuevo contagio en la comunidad. Según las explicaciones facilitadas por la Consejería a este medio, los ingresos han sido prescritos por los facultativos que siguen sus casos para avanzar en la evolución de sus cuadros víricos, sin que eso suponga ninguna variación sobre la situación epidémica favorable de la región en las últimas jornadas.
En los últimos catorce días (lo que los epidemiólogos consideran periodo de incubación del COVID-19), la Consejería de Salud ha notificado al Ministerio solo cuatro nuevos contagios por coronavirus. No obstante, pese a que «los indicadores epidemiológicos son buenos, o incluso muy buenos», el director general de Salud Pública advertía este lunes de la «alta susceptibilidad de enfermar» derivada del último estudio de seroprevalencia, que indica que solo el 3,7 por ciento de los riojanos ha desarrollado anticuerpos ante el COVID-19.
Este mismo jueves, el sistema de salud navarro ha confirmado un brote vírico en una boda celebrada en Tudela, que se saldó con 23 contagiados. En La Rioja, por el momento, no se ha dado ningún episodio similar y la pandemia se mantiene bajo control.
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