La asociación Sendero Club de Arnedo ha enviado este martes una carta con ese clásico de dar una de cal y otra de arena. A la felicidad por haber reabierto sus puertas tras la pandemia de COVID-19 se ha unido la tristeza por determinados comportamientos vividos el sábado de madrugada.
El histórico establecimiento arnedano volvió a la vida con una sesión de karaoke el viernes y un ‘tardeo’ el sábado. “Para ser sinceros, no hubo demasiada gente y tenemos que pulir detalles como empezar algo más tarde”, apuntan desde la asociación, aunque estas actividades se mantendrán. “Sabemos que quizás no es la mejor época del año. Son cosas nuevas y hay mucha incertidumbre. Poco a poco lo iremos engrasando y creemos que la gente que bajó lo pasó bien”.
En la actuación en directo de Gonzalo sí que hubo más afluencia. “Buen ambiente, buen rollo y el personal muy a gusto. Vamos a intentar mantener estas actuaciones, siempre y cuando no se nos vayan de presupuesto”, han añadido desde Sendero Club, antes de llegar a la parte más ‘triste’.
A partir de las 2,30 del sábado al domingo llegó el desmadre. La noche, la juventud, el alcohol… “Hasta entonces todo había ido normal. A partir de esa hora, la gente que bajaba, a pesar de que si se cumplió el aforo, se empezó a amontonar en la barra no haciendo ni caso a las indicaciones de los camareros, gerente y porteros, que les indicaban que bajasen a la zona de las mesas”.
Aviso a navegantes desde la asociación. “Sobre las cuatro de la madrugada se tuvieron que encender las luces blancas, apagar la música y vaciar la sala. Quedándose una
vez cerrado la gente en la calle. Y aunque eso no es de nuestra responsabilidad, lo lamentamos”.
“Precisamente a la responsabilidad es a lo que apelamos. Con este “a mí que me importa”, mal vamos. Entendemos que se han pasado tres meses muy duros para todo el mundo, que
hay muchas ganas y todo lo que queramos, pero hay que comportarse y tener sentido común. De lo contrario, tendremos problemas”, advierten.
Por tanto, la asociación ya anuncia que este sábado ni siquiera se va a llegar al aforo permitido. “Lo vamos a restringir por la seguridad de nuestros trabajadores y clientes. Esperamos y exigiremos a rajatabla el cumplimiento de las normas. No es que echemos la culpa a los socios ni mucho menos, pero hemos creído que lo debierais de saber”.
