Las vallas fueron las primeras en ‘aparecer’ en Vara de Rey hace unos días. Su objetivo: vaciar de coches los aparcamientos del tramo entre la estación de autobuses y la Gran Vía. Una vez conseguido, han llegado los operarios del Ayuntamiento de Logroño con hormigoneras, maderas y cemento como parar un tren. Y no consiste tanto en frenar el tráfico ferroviario sino en cambiar la movilidad de esta arteria logroñesa.
Al anuncio realizado el pasado 28 de mayo por el concejal de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, le ha seguido una nueva actuación. ‘Logroño Calles Abiertas’. El cambio más significativo será la creación de un carril bus en este eje norte-sur de la capital riojana. Antes de la pandemia de COVID-19, alrededor de 20.000 vehículos circulaban por ella cada día.
Los otros problemas de esta calle que pretende solucionar el Ayuntamiento de Logroño son la continua doble fila y la gran distancia entre sus pasos de cebra. “Realizaremos una actuación rápida con soluciones provisionales para ampliar el espacio para los peatones”, detallaba Caballero.
