La Policía Nacional ha detenido en La Rioja a cuarenta personas por delitos de resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad desde que se decretara el estado de alarma. Seis de ellos han ingresado en prisión (ocho en toda la región).
Uno de los encarcelados también estaba siendo un activo delincuente contra el patrimonio. Llegó a ser localizado en el Hospital de San Pedro, donde estaba intentando llevarse efectos del mismo. Esta misma persona, posteriormente, fue detenido por un delito de hurto. Sustrajo material de cobre de la nueva estación de autobuses de Logroño. Con posterioridad, fue detenido por un delito de robo con fuerza cometido en una empresa de un polígono industrial.
Otro de los ingresados en el centro penitenciario se saltó varias veces el confinamiento. En una de ellas, se encontraba en el portal de una calle céntrica de Logroño junto con otras cuatro personas de fiesta y consumiendo bebidas alcohólicas. Cuando se les preguntó por el motivo de su estancia fuera de su domicilio, los jóvenes manifestaron “que no sabían que su conducta no estaba permitida”.
Un tercer encarcelado fue sorprendido en una calle logroñesa alejada de su domicilio. Al ser preguntado por su presencia en el lugar, alegó que había ido a pedirle tabaco a una amiga suya. Se le incautó una bolsa con una sustancia que podría ser ‘speed’. Al detenido le constaban ya, en ese momento, un buen numero de propuesta de sanción anteriores, habiendo sido también ya detenido en otra ocasión por hechos similares.
En otra de las intervenciones, el ahora ingresado en prisión fue detenido hasta en tres ocasiones por su incumplimiento reiterado. Mostró un deliberado desprecio hacia la salud e integridad física de los agentes, a quienes insulto, escupió y vomitó durante el traslado al centro penitenciario, manifestando que los iba a infectar porque tenía el COVID-19.
A estos seis detenidos e ingresados en prisión les constan un total de 32 propuestas de sanción por su reiteración en el incumplimiento de las medidas recogidas en el Real Decreto del vigente estado de alarma por la pandemia sanitaria.
Desde la Fiscalía, como desde los Juzgados de Instrucción, se había advertido en todas las ocasiones que habían sido detenidos y puestos a su disposición, de que “si persistían en su actitud incívica, se adoptarían medidas más contundentes como su ingreso en prisión”, quedado acreditado por los agentes en todas las ocasiones “su reiterada negativa” a obedecer a la autoridad competente, así como a los diversos requerimientos de los agentes de la autoridad en la vía pública, generando en todos los casos un grave riesgo para la salud de los ciudadanos así como a la suya propia.
