El impacto del coronavirus en la salud pública riojana no admite dudas, con casi tres mil quinientos contagiados desde el inicio de la epidemia y la muerte de 223 personas en apenas un mes y medio. Es el saldo humano de la mayor crisis de nuestra historia reciente, pero el saldo económico no le va a la zaga.
El estado de alarma decretado hace un mes para contener la propagación del virus dejó su huella en un ‘marzo negro’ que ya se reflejó en los datos del paro, pero que ahora se complementa con los registros de la Seguridad Social. Según los mismos, 10.132 empresas riojanas inscritas (el peor dato en más de dos años, con 521 compañías menos que el mes anterior) y 90.247 trabajadores (4.097 menos que en febrero, el peor registro desde agosto de 2018).
En términos relativos, la crisis del COVID-19 se saldó en marzo con una caída del 4,89 por ciento de la actividad empresarial (casi dos puntos por debajo de la media nacional, que fue del 6,48 por ciento) y del 4,34 por ciento en el número de trabajadores inscritos en la Seguridad Social.
El golpe a la economía se produce, para más inri, en un mes tradicionalmente positivo para la actividad económica. No en vano, en el mismo periodo del pasado año el número de empresas inscritas en la Seguridad Social creció en 51 compañías y el de trabajadores en 620.
Por sectores, la hostelería es el que más ha acusado la inactividad durante el mes de marzo en el conjunto nacional; seguido por la construcción, el comercio y la reparación de vehículos.
