Hace ahora un mes, hubo alguien que se extrañó cuando en pleno confinamiento bajó a tirar la basura y al depositar la bolsa en el contenedor pensó ingenuamente que el vecindario le brindaba una ovación cerrada. Con el paso de los días fue comprendiendo que los aplausos no iban dirigidos a él, sino a todos los profesionales que se dejan el alma en la contención del coronavirus.
Desde entonces el ‘aplauso sanitario’ es el gran acto de la cuarentena. El momento del día en el que el tiempo se para. El sustituto de la sirena del Espolón, pero a las ocho de la tarde. Una melodía que no tardó en encontrar los coros del ‘Resistiré’ atronando desde algunos altavoces o de las sirenas de las ambulancias y coches patrulla inunando las calles a su paso.
Una nadería si lo comparamos con lo sucedido este domingo en Logroño. Decenas y decenas de sirenas de prácticamente todos los vehículos con señales sonoras disponibles en la capital riojana han integrado una multitudinaria comitiva que ha recorrido el centro de la ciudad para agradecer a la ciudadanía su actitud frente al confinamiento.
La Policía Local, los servicios municipales de limpieza, los Bomberos, la Unidad Militar de Emergencias, el Regimiento España XI del Ejército de Tierra, las ambulancias del Servicio Riojano de Salud, SOS Rioja, Protección Civil, autobuses y taxis de Logroño se han incorporado al ‘aplauso sanitario’ más recíproco posible. ¡Gracias a todos! Saldremos de esta. Y juntos, lo haremos mucho antes.
