Estaba todo preparado para que Sheila diera a luz en marzo. Lo que no se esperaba es que su hija Norah naciera en estas circunstancias. El Gobierno declaraba el Estado de alarma y las medidas de aislamiento aumentaban por momentos, pero Norah llegaba ya.
El pasado 22 de marzo, en plena crisis del COVID-19, Sheila Peña trajo al mundo a su primera hija. “En el hospital nos trataron muy bien. La situación es difícil para todos. Los profesionales sanitarios no lo tienen fácil, pero hacen un gran esfuerzo para que todo se lleve a cabo sin el más mínimo problema”.
Sheila llegó al Hospital San Pedro sin miedo, pero sí con incertidumbre. “No sabía lo que nos íbamos a encontrar, pero se tomaron todas las precauciones posibles y todo estuvo controlado en cada momento. Todo el tiempo estuvimos con mascarilla e incluso parí con ella”.
El parto fue bien. Tanto Sheila como Norah estaban perfectas, pero faltaba alguien. “Es el primer nieto para mis padres y es una auténtica pena que no puedan conocerla. Lo mismo para sus tíos: su primera sobrina y sin poder saber siquiera cómo es”.
Esta madre primeriza y su marido decidieron, por el bien de todos, que nadie fuera a acompañarles, pese a que pueda haber una persona más en el hospital. “Ante todo está la salud de la pequeña, pero en esta situación también prevalece la salud de los demás. Era un riesgo que no podíamos correr”.
Las fotos y las videollamadas inundan estos días el móvil de Sheila y su familia. “Es una solución y a los abuelos les encanta ver a su pequeña por la pantalla, pero sé que tanto mis padres como mis suegros cuelgan y se quedan con la pena de no poder olerla, de no poder tocarla”.
Para Sheila también está siendo difícil: “El abrazo de tu madre en el momento del hospital, o el ver la cara de felicidad de los abuelos cuando ven a su nieta por primera vez se echa mucho de menos”.
La joven confiesa que durante el embarazo pidió a su madre y a su suegra que no le dieran guerra con el bombardeo de consejos: “Si supieran lo que ahora los echo en falta…”. Sheila está convencida de que esto, antes o temprano, va a pasar.
“Y cuando podamos salir a la calle no vamos a entrar. Norah va a conocer cada rincón y a toda esa gente que ahora pregunta tanto por ella”. La aventura de nacer en un momento histórico no es nada fácil, “pero estando los tres juntos todo se hace mucho más llevadero”.
