Si hace justo un año os contábamos que la población riojana había experimentado un cambio de tendencia tras seis años de caída en picado, este 2020 podemos constatar que la inercia ha cambiado. En un momento en el que todas las alarmas están encendidas ante lo que se ha venido en llamar ‘reto demográfico’ o ‘la España vaciada’, los registros oficiales le conceden un pequeño respiro a La Rioja.
Así lo refleja la revisión del Padrón municipal a 1 de enero de 2020, recogida por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual en La Rioja viven actualmente 316.798 personas. El dato es esperanzador. No solo porque la población ha crecido en 1.123 personas durante los doce últimos meses, sino porque, además, lo ha hecho a un ritmo acelerado: entre 2018 y 2019 -cuando se rompió una tendencia de seis años perdiendo población- el crecimiento fue de 294 riojanos (casi un 75 % más lento).
Calahorra tira del carro
Los datos del Padrón municipal también dejan a las claras la tendencia en las cabeceras de comarca: todas crecen en población salvo Nájera (ha perdido dos habitantes en 2019), Cervera del Río Alhama (cuatro) y Torrecilla en Cameros (ocho).
El tirón de las ciudades se deja notar, pero en ningún otro sitio como en Calahorra. La capital riojabajeña lidera el crecimiento de población en términos absolutos (297 habitantes más que el pasado año) pero también en términos relativos, al incrementar su padrón municipal un 1,24 %.
Tras Calahorra, en comparación con el año anterior, las cabeceras que más crecen son, por este orden: Haro (99 nuevos vecinos, un 0,87 % más que en 2019), Arnedo (60 nuevos habitantes, un 0,4 %), Alfaro (16 nuevos empadronados, un 0,17 %), Santo Domingo (7 nuevos calceatenses, un 0,11 %) y Logroño (23 nuevos vecinos, un 0,015 %).
En el polo opuesto, la sangría demográfica sigue azotando a Cervera del Río Alhama, que acumula doce ejercicios consecutivos perdiendo población; Nájera (no gana habitantes desde 2011) y Torrecilla en Cameros (en caída demográfica desde 2016).
