“Este mes de noviembre pude ver cómo seis plazas de aparcamiento de coches calificadas con el color blanco en la Travesía Excuevas (al lado de la Iglesia de Santiago) desaparecían. Bueno, mejor dicho, se transformaban a lo que se vé en la foto: seis plazas de moto vacías y una para personas con discapacidad, también vacía”. Así comienza la denuncia de un vecino del casco antiguo de Logroño, que lamenta la carencia de espacios para estacionar en su distrito.
“No tenemos una zona señalizada donde aparcar, no hay zona verde y además compartimos nuestras plazas de aparcamiento con todos los riojanos (y algunos foráneos) que se dignan a disfrutar del casco antiguo de su capital; son pocas plazas blancas, poquísimas azules y casi ninguna verde, salvando la zona del Revellín”, añade.
Este vecino critica que “esto no es lo único que hace tan difícil residir en aquí”: “Dejando a parte la falta de aparcamientos, la ausencia de transporte público, tengo que nombrar la suciedad y el futuro colapso de pernoctantes”.
“Cualquier persona que venga a pasear un domingo podrá ver la cantidad de orines y, sobre todo, restos de cristales rotos que se han recogido a base de pisarlos y transportarlos en las suelas de los visitantes en los alrededores del Puente de Hierro”, añade.
“No puedo estar más triste como vecino del Casco Antiguo, o como ahora quieren que le llamemos, Centro Histórico. Urge una estrategia clara y definida de intervención, que dialogue entre los que vivimos y los que nos visitan, que sea un lugar de acogida, no un lugar de paso. Hagámoslo entre todos, hagámoslo ahora”, concluye este vecino en su queja.
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